Los balcones y terrazas son desde la declaración del estado de alarma una de las zonas más importantes de las viviendas. Significación libertad y socialización. Durante el confinamiento fueron escenario de aplausos, en los Pilares albergaron ofrendas de flores improvisadas y en esta Semana Santa van a convertirse en pequeños altares. Pese a no estar permitidas las procesiones por motivos sanitarios obvios, el mundo cofrade zaragozano va a sacar a sus titulares a la calle en forma de lo que se conoce como balconera.

Miguel Estrada es el propietario de la tienda del mundo de la Semana Santa emblema de la ciudad, San Cayetano 3, que recibe el nombre de la iglesia que es el punto neurálgico de esta fiesta católica en la capital aragonesa. Vendió miles de balconeras de la Virgen del Pilar y ahora espera hacer lo mismo.

En Zaragoza hay 25 cofradías y de todas ellas hay representación. Algunas incluso se doblan, como puede ser La Humildad con su Señor y la Virgen, o El Huerto. «Está siendo un aluvión de compras, la gente tiene ganas de mostrar a su virgen o al cristo al que le están agradecido y por el que procesionan todos los años en los balcones», afirma Estrada.

Por el momento de las que más está vendiendo es de las más grandes como pueden ser La Piedad, Las Siete Palabras, La Columna o El Descendimiento. «Es una Semana Santa muy diferente, el año pasado nos pilló sin poder salir a la calle y este año se podrá pero no como a los cofrades les gustaría así que muchos vienen para hacer alarde de la cofradía a la que pertenecen», recalca.

Es tal la avalancha de pedidos que las estanterías donde en años pasados Estrada guardaba las mazas y baquetas de los instrumentos que dan sonido a la Semana Santa aragonesa ahora son para las balconeras. Pero no es el único objeto que los cofrades ya están adquiriendo, ya que muchos quieren que huela a incienso y están comprando carbón e incienso para conseguirlo. Los dulces que llevan los pasos de virgen son los más cotizados.