SEMANA SANTA EN ZARAGOZA

Artesanía en forma de palma blanca trenzada para salir a la calle

Llega el Domingo de Ramos y con él la tradición de palmas y palmones | Traídas de Elche la tercera generación de una familia las trenza en su tienda de Zaragoza

Belén Gracia y su esposo José Santos, trenzando palmas para el Domingo de Ramos en su tienda en la calle del Temple.

Belén Gracia y su esposo José Santos, trenzando palmas para el Domingo de Ramos en su tienda en la calle del Temple. / L. M. G.

La calle del Temple, en el casco histórico de Zaragoza, huele a palma blanca. Es el preludio de la Semana Santa cuando las procesiones que salgan de la cercana iglesia de San Cayetano hagan que todo huela a incienso. Los responsable de que así sea es la tercera generación de la familia Gracia con su popular tienda de cestas que, cuando llega esta época, amplía el negocio con la venta de este artículo tan propio del Domingo de Ramos.

Este año no está Antonia Escuer, la madre de Belén Gracia por un contratiempo de última hora, pero esa forma de tejer la palma traída de Elche sigue perenne. «A mi padre se lo enseñó su padre, luego lo aprendió mi madre cuando se casó con él y luego yo y mi esposo», afirma Belén mientras no para ni un minuto haciendo una caracola en una de estas palmas. Solo deja de hacerlo cuando entra alguien para comprar alguna de las que ya han hecho o para hacer una reserva. Y es que la calidad de la materia prima y el buen hacer de sus manos hace que muchos zaragozanos vuelvan cada año y que incluso haya encargos de cofradías de pueblos.

Lógica esta fidelidad cuando uno observa cómo las hacen con mimo y que no tienen nada que ver con las que venden en los supermercados pues todo es una pieza, no recortes cosidos. Esto permite, tal y como destaca Belén, «que duren más al haber un riego continuo de la savia que tiene la hoja de la palmera». No obstante, el único tiempo que están fuera de las bolsas de plástico transparentes es cuando las están manipulando. Es la única forma de mantenerlas en perfecto estado para que se luzcan en la calle y en el interior de los templos.

Belén reconoce estar contenta con la aceptación que tienen sus palmas, pero admite también que «es una tradición que se está reduciendo». «Recuerdo que cuando era niña dejaba de ir algún día a clase para ayudar a mis padres, y hasta que vecinas y vecinos nos echaban una mano. Ahora eso no pasa», afirma.

Belén es la tercera generación que regenta este negocio de Zaragoza.

Belén es la tercera generación que regenta este negocio de Zaragoza. / L. M. G.

No obstante, tal y como marca la tradición, hay abuelas y madrinas que siguen regalando a sus nietos y nietas estas palmas en las que luego llenan de caramelos y chocolates cosidos a mano. El súmun del barroquismo tan propio de la Semana Santa.

Para los que no conozcan este comercio o se les haya olvidado, en él se vende la especialidad de la casa (por encargo) que es una gran palma llena de lazos por 30 euros hasta la más barata y pequeña para la solapa por 1,50 euros. Las habituales van entre los 8,50 y los 9,50 euros.

Desde finales del mes de enero trenzando esta forma alegre de saludar a la Pasión con más de 1.500 palmas. El resto del año las cestas a mano son su especialidad.