Zaragoza vibra con las procesiones del Jueves Santo en el día grande de la Semana Santa

Zaragoza ha disfrutado del día grande de su Semana Santa con la decena larga de sus procesiones de Jueves Santo que han desfilado desde esta mañana por el corazón de la capital aragonesa. La procesión de El Silencio, en el barrio de El Gancho, ha sido una de las que ha puesto el broche a la jornada en la capital aragonesa. Emoció y devoción a partes iguales en una procesión de recogimiento, con un silencio solo roto por el sonido de las heráldicas y los aplausos espontáneos de los asistentes ante el esfuerzo de la salida, a pulso, de los pasos del Cristo de la Agonía y de la popular Virgen Blanca.

Por la mañana, quien ha abierto las puertas a esta jornada de devoción previa a la crucifixión de Jesucristo ha sido la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz al dar salida al paso de La Elevación de la Cruz y al Paso Insignia, escoltados ambos por los bombos y los tambores de sus cofrades y por los guardias civiles que se han sumado a la procesión titular de esta cofradía al tratarse la Benemérita de la hermana honorífica de la congregación.

Por eso no han faltado los acordes de La muerte no es el final y del himno nacional, cuya interpretación ha corrido a cargo de las bandas de música de Boquiñeni y de Muel, "uña y carne" según han reconocido los mismos músicos antes de que comenzara la procesión, más que puntual con los primeros golpes de bombos y con los redobles de tambores que a las 11.00 horas se han apoderado de los aledaños de la Real Maestanza de Caballería.

EN IMÁGENES | La Exaltación de la Santa Cruz abre paso al día grande de la Semana Santa de Zaragoza

Ver galería

Para entonces el público ya había colmado los recovecos que rodean la casa renacentista de la calle Diego Dormer, donde los cofrades guardaban ansiosos el momento más esperado de su Semana Santa al tratarse de la procesión titular de la Cofrafía de la Exaltación de la Santa Cruz. Algunos lo han hecho saciando sus nervios con la ayuda de un cigarro y de un mechero, y los más modernos con vapers, una escena realmente impensable cuando la congregación desfiló por primera vez allá por 1988.

Es, por tanto, el 38º año que la cofradía procesiona por las calles zaragozanas después de que el tiempo no haya sido impedimento alguno para que los hermanos disfrutaran de su día grande. Alguno, no obstante, miraba a ese cielo totalmente despejado para bromear como buen somarda con que iba "a llover". "Ya tenemos al gracioso llamando a la lluvia", le murmuraban a lo lejos hasta que se ha hecho el silencio para dar paso a un cuarto de hora de toque de bombos y tambores que ha proseguido con el inicio de la marcha tras el rezo de un 'Padre Nuestro' y la llamada a romper filas de la Guardia Civil para unirse a los pasos.

A la misma hora, la Cofradía de Cristo Abrazado a la Cruz y de la Verónica ha exhibido a su titular con salida desde la iglesia de Nuestra Señora del Carmen y la Cofradía de la Crucifixión del Señor y de la Venerable Orden Tercera de San Francisco de Asís ha hecho lo propio con la procesión de las Llagas desde la iglesia de San Antonio de Padua. A las 12.00 horas, desde la iglesia de San Felipe ha partido la Cofradía de la Coronación de las Espinas.

Y, por la tarde, una decena de procesiones. Los primeros que han dado el paso han sido los costaleros de la Cofradía de la Institución de la Sagrada Eucaristía desde la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Entre otras tantas comparsas, los hermanos de la Cofradía del Prendimiento del Señor y el Dolor de la Madre de Dios o la Cofradíade Nuestro Señor en la Oración del Huerto.