ARTE

Un viajero en el tiempo se cuela con un Iphone en un cuadro de 1937

La obra "Mr. Pynchon y el asentamiento de Springfield" de Umberto Romano refleja a un indígena sosteniendo un supuesto Iphone en 1620

Cuadro de Mr. Pynchon

Cuadro de Mr. Pynchon / SERVICIO ESPECIAL

Las obras de arte están repletas de secretos incomprensibles para el gran público. Los artistas fueron capaces de plasmar sobre el lienzo diversas escenas que no pueden tener una relación directa con la época en la que se pintaron provocando la sorprendente aparición de viajeros en el tiempo.

El boom de las redes sociales ha provocado que dichos secretos de la pintura salgan a la luz con más facilidad convirtiendo obras casi desconocidas en virales. Los usuarios de Twitter, Facebook, Instagram o TikTok descubren detalles pasados por alto durante muchos años creando nuevas teorías conspirativas.

La obra más popular durante los últimos días se llama "Mr. Pynchon y el asentamiento de Springfield" y fue pintada en 1937 por el artista italo-americano Umberto Romano.

El cuadro representa la llegada de los colonos a la ciudad de Springfield en Massachusetts a principios del siglo XVII. Los europeos desembarcan en la ciudad norteamericana con un montón de nuevos artilugios que llaman fácilmente la atención de los indígenas. Sin embargo, todas las miradas se centran en un hombre que sostiene en su mano un objeto rectangular del tamaño de un smartphone actual que observa detalladamente al ser la primera vez que ve algo de esa apariencia.

¿Espejo o smartphone?

Los internautas encendieron rápidamente las redes sociales alertando de la presencia dentro del cuadro de un viajero en el tiempo que sostenía un iPhone, sabedores que el primer modelo del móvil de Apple no se inventó hasta 2007.

Detalle del indígena sosteniendo el supuesto Iphone

Detalle del indígena sosteniendo el supuesto Iphone / SERVICIO ESPECIAL

Ante un aluvión de cuestiones acerca del verdadero origen del cuadro, el experto en arte, Brian Anderson, tuvo que hacer unas declaraciones para apaciguar las aguas y poner freno a las diversas teorías. "Hay razones para creer, entonces, que lo que el hombre está examinando no es un objeto indígena, sino de origen europeo, como espejos, que se presentaban a menudo en tales intercambios", afirma.

Además, Anderson concluye dando todavía más detalles acerca del indígena y el objeto sospechoso. "La forma en que el hombre sostiene el espejo indica que está viendo su propio rostro reflejado y tendría sentido".