El Casademont Zaragoza recibe hoy a su peor enemigo, al rival que más se ha enfrentado en partidos oficiales y menos veces ha ganado. En 32 ocasiones se ha visto las caras el equipo aragonés con el Real Madrid y tan solo ha salido victorioso en dos de ellas. Esta tarde (18.30 horas) buscará la tercera en un partido marcado por el futuro inmediato, por la final a ocho que los zaragozanos disputan en Rusia a partir del miércoles y por el quinto y definitivo partido del playoff de la Euroliga que los madridistas tienen el martes en Estambul.

Por estadística, historia, probabilidad, presupuestos, diferencias de plantilla, el favorito siempre será el Madrid. No obstante, por eso el 94% de los enfrentamientos oficiales entre ambos han tenido el mismo final, de una u otra manera, siempre acaba ganando el candidato a todos los títulos. Pero lo que hace diferente al deporte es que, pese a todo, siempre hay motivos para la esperanza, para creer, para soñar que sí se puede. 

En este caso las circunstancias hacen que el partido sea más importante para el Casademont Zaragoza que para el Real Madrid. El equipo de Luis Casimiro necesita ganar todo lo que le queda y esperar otros resultados para poder alcanzar el octavo puesto, mientras que el de o Pablo Laso es líder con una única derrota en 32 partidos de Liga, tiene la participación en el playoff y como cabeza de serie más que asegurada y el primer puesto final de la Liga regular al alcance de la mano. Para el Real Madrid su partido más importante es el del martes en Estambul después de forzar ese duelo definitivo contra el Efes igualando en Madrid esta semana el 2-0 con el que volvió de Turquía.

En el cuarto partido fue baja Walter Tavares, que tampoco se espera que juegue hoy, y el equipo blanco mantiene la baja de larga duración de Anthony Randolph. La cuestión será qué rotaciones y reparto de minutos haga Pablo Laso pensando en el partido del martes. Todo hace pensar que el técnico utilizará a los menos habituales que, aún así, tienen capacidad más que de sobra para ganar a cualquier rival.

Otro motivo para creer es que la última visita del Real Madrid al Príncipe Felipe se saldó con victoria (84-67) en toda una exhibición del equipo que entonces dirigía Porfirio Fisac. Contra el Real Madrid jugó el Casademont su último partido antes de la pandemia. Además, el equipo aragonés llega revivido de la mano de Luis Casimiro y sus últimas cuatro victorias consecutivas. Con el estilo, el ritmo, la generosidad y efectividad que ha mostrado en estas últimas cuatro jornadas puede hacer frente a cualquier rival.

Muy diferente

En el partido de la primera vuelta en el WiZink Center ganó el Real Madrid con autoridad (102-83), pero desde entonces han cambiado demasiadas cosas en ambos equipos. En el Casademont ocupaba el banquillo Diego Ocampo y ya ha habido dos cambios desde entonces, fue el día que se lesionó Vit Krejci y estaban todavía Seeley, Konate y Thompson. Parece incluso que se trate de otra temporada.

En el Real Madrid también ha habido cambios significativos. Pablo Laso sigue acumulando éxitos y récords, pero ha perdido dos efectivos importantes, ambos rumbo a la NBA. Facu Campazzo y Gabriel Deck han dejado las filas blancas por la mejor Liga del mundo y Laso ha tirado de cantera y de los jóvenes de la plantilla. Carlos Alocén va ganando minutos y protagonismo con el paso de las semanas, se está consagrando Usman Garuba y ya asoman otros como Vukcevic. La única incorporación del equipo ha sido el pívot Vincent Poirier.

Así que el duelo de esta tarde se presenta especialmente abierto e impredecible a priori. Aunque será inevitable que ambos piensen en Europa, para el Casademont es una oportunidad para seguir compitiendo, alargar su buen momento, seguir soñando con el playoff y encarar la final a ocho en el mejor estado posible. El equipo aragonés se enfrenta a su peor enemigo, al que menos veces ha ganado, contra el que más veces ha chocado. El deporte siempre da una nueva oportunidad.