La marea roja demostró una vez más que está al nivel del equipo, que va a aprovechar la mínima oportunidad que se le dé para tratar de acercarse, de animar para que el conjunto consiga los mejores resultados posibles. Este miércoles, la afición se volcó en el pabellón, 300 personas acudieron a ver el encuentro al Príncipe Felipe en lugar de verlo en su casa. 

El evento, por supuesto, estuvo marcado por los termómetros, el gel hidroalcohólico y la distancia de seguridad. «Es un poco locura para organizar todo», confesó Alejandra, una de las voluntarias, pero aún así aseguró que «se agradece regresar al pabellón». «Sobre todo el público, es fundamental, el jugador número seis», añadió. 

Conforme entraba la afición, ella y sus compañeros ofrecían unos aplaudidores que no pararon de alzarse durante todo el encuentro, en cada punto que anotaban los de Luis Casimiro. Los aplausos se estrenaron con el triple de Brussino que abrió el marcador aragonés. Sonó atronadora la marea en ese momento. Aunque las emociones que se percibieron en el pabellón no fueron todas positivas, también se vivió algún golpe de rabia cuando el conjunto encadenaba errores. 

Sí se aplaudió mucho la entrada a pista de Javi García y también las acciones de Harris bajo el aro. La gente se puso en pie con los triples del alemán y con el de Ennis, ambos al final del segundo período. También provocó reacción el final del tercer cuarto, por la jugada individual del canadiense que volvió a levantar a toda la grada. Las butacas las ocupaban mayoritariamente gente joven y también muchos y muchas integrantes de las plantillas de las categorías inferiores. Link, la mascota del equipo, fomentaba esa animación. Se paseó por la grada acomodándose en las butacas de al lado de los aficionados más pequeños.

La afición llegó a su clímax en el último cuarto, cuando cualquier punto era celebrado como si significase la victoria. «Antes del comienzo un poco nerviosos, conforme pasaba el partido más nerviosos pero también más arriba viendo que jugaban mejor y que rodaba el partido, al final ha sido culminación», explicó Jaime al salir del pabellón. Finalmente el equipo se llevó la victoria y con la canasta final de Sulaimon la marea roja se levantó y algunos incluso se pusieron a bailar.