Con limitaciones, con el segundo anillo tapado, un 30% de aforo máximo, distancias, mascarillas, acceso y salida ordenados pero al fin, diecisiete meses después, la afición del Casademont Zaragoza ha regresado al Príncipe Felipe. El corazón volvió a latir, el baloncesto, el deporte profesional, recuperó parte del sentido perdido con los pabellones cerrados por la pandemia. Unas 3.000 personas pudieron ver en persona, aplaudir, recibir a sus equipos, a sus nuevos jugadores y jugadoras.
En un acto de una hora de duración, aproximadamente, el Casademont Zaragoza rindió homenaje a los que ya no están, a los sanitarios y a todos los que estuvieron en primera línea durante lo más duro de la pandemia, presentó a sus equipos, la campaña de abonados y, finalmente las nuevas camisetas. El equipo mantiene el rojo el rojo como color principal, con un estampado que recuerda al cachirulo, y uno poco de negro en los hombros y en los laterales. Dada la buena acogida, el club mantiene la segunda equipación con fondo blanco y la bandera de Aragón. La camiseta prepartido será negra con un toque rojo en los hombros.
Diferentes vídeos de homenaje dejaron paso a la presentación de los equipos, a cargo del speaker habitual, David García. Primero salieron las jugadoras del equipo femenino y después los del equipo masculino para llevarse una ovación continuada. Entrenadores y capitanes acudieron al centro de la pista para unas pequeñas alocuciones de presentación.
Como dos viejos amigos que hace mucho que no se ven y al encontrarse se ponen al día, Jaume Ponsarnau explicó que pasaba sus veranos de infancia en Calatayud, de donde es natural su madre, y que su abuela era de Uncastillo y que ahora le gusta visitar el parque José Antonio Labordeta y disfrutar de las vistas de la ciudad, Rodrigo San Miguel contó que a mitad de temporada habrá una pequeña San Miguel más entre los aficionados.
Carlos Cantero y Vega Gimeno tienen claro lo que quieren para el nuevo curso: «Enganchar a Zaragoza». «Tenemos muchas ganas e ilusión, de eso vamos sobradas», dijo la capitana. «Es muy especial reencontrarse con la gente y esta temporada más. El año pasado fue muy complicado, no fue normal. Poder disfrutar de uno de los mejores pabellones de España y con las gradas llenas es un punto extra para nosotros», aseguró San Miguel, que hizo salir al centro también a Javi García. «Lleva todo el día diciendo que quiere decir algo...», le picó el capitán. «Gracias a todos por venir, espero ver el pabellón lleno esta temporada porque nos ayuda mucho y se agradece un montón», resolvió el envite el joven base.
Los vídeos
Tanto jugadores y jugadoras como cuerpos técnicos estuvieron sentados en sillas en la pista, guardando las pertinentes distancias de seguridad y contemplando los diferentes vídeos que se proyectaron, los de homenaje, los de promoción de Zaragoza y Aragón, los esketches de Luis Rabanaque que se fueron intercalando y los más esperados, los de presentación de la campaña de abonados dirigido por Jorge Nebra y de las nuevas camisetas. Diego Chicón, responsable de márketing del club, fue el encargado de desgranar a los abonados los principales aspectos de la campaña. Lo último fue la presentación de las camisetas y el sorteo de la primera de ellas entre dos aficionados. Ganó el que acertó el número de pie de Hlinason.
No faltaron las cheerleaders, la mascota Link, Pincho. Pero los grandes protagonistas eran los aficionados. Ayer solo había una muestra, un pequeño número para lo que está acostumbrado a tener el Casademont Zaragoza en sus partidos, pero suficientes para darse la bienvenida unos a otros, para escuchar los primeros aplausos, para que el Príncipe Felipe volviera a cobrar vida, a latir, después de una triste temporada de partidos a puerta cerrada, sin alma. A partir de ahora el baloncesto recobrará poco a poco la normalidad perdida.
