Las victorias llegan con sufrimiento y las derrotas con la sensación de que el Casademont todavía está muy verde, que le queda mucho por pulir a Jaume Ponsarnau y mucho pegamento para unir a un equipo aún en construcción. El conjunto aragonés cayó (69-76) en el Memorial José Luis Abós frente al Hereda San Pablo Burgos, ante su afición, en un duelo en el que siempre dio la sensación de ir a remolque y de necesitar recorrer mucho camino para ser un conjunto fiable, automático y más dinámico. Aun así, le compitió a un cuadro con más tablas y madurez pese a que tampoco ayudó que en la primera parte el equipo se quedase sin Omar Cook ni Rodrigo San Miguel por un fortísimo choque con Rabaseda y un mal gesto cervical respectivamente.

Pero un problema a veces se convierte en oportunidad y emergió un Javi García ansioso por ganarse un sitio. Puso la rasmia y el corazón para guiar a un equipo con más estrellas que el base aragonés, pero al final el que tiró del carro fue el joven. 15 puntos y, lo que es mejor, la impresión de que quiere dar mucho más.

Durante todo el partido, el Casademont se atascó por momentos en ataque y vivió con la constante sensación de tener que luchar cada punto el doble que el San Pablo Burgos. Mientras los visitantes hicieron un baloncesto tan sencillo como pragmático, al Casademont le costó Dios y ayuda anotar y defender con éxito. El 4-13 de salida dejó claro que la empresa iba a estar complicada pese a estar en casa. No llegó el acierto exterior y en la zona se volvió a sufrir un día más. Solo Javi García pareció estar dentro del partido y trató de sostener a los suyos en el marcador (13-27).

Pronto dobló el San Pablo Burgos al Casademont (18-36), pero el canterano cogió el bote y se puso a remar. Entre él y Okoye permitieron al Casademont ir respirando, un conato de reacción que recordó a aquel Tecnyconta que, liderado por Okoye, ganaba por pura garra. Aun así, todavía el ataque se cimentó demasiado en individualidades, aunque fue efectivo para acercarse a ocho al descanso (34-42).

Pero tras el intermedio el bote de la remontada se encontró con un agujero, otro 5-14 de salida. Misma historia con los mismos problemas del primer cuarto. Pero de los 17 de desventaja, entre las recuperaciones de balón y transiciones, más el carácter de Radoncic (que dio un paso al frente), se puso a cinco, encendiendo a una grada ansiosa de ver una victoria pese a ser pretemporada. Pero el tercer cuarto terminó con ocho puntos por recuperar.

Al final, la goma y ni fu ni fa. Cuando parecía que podía haber partido, el Burgos se encargaba de negar la victoria. Un tirón, de nuevo liderado por Javi García, acercó al Casademont a seis, pero Benite, el mejor del partido junto al aragonés, enterró pronto los sueños de remontada de un equipo rojillo a remolque de un San Pablo Burgos más maduro.