Ha llegado el día. Tras seis semanas de intenso trabajo, el Casademont Zaragoza arranca este domingo ante el Baxi Manresa (17.00 horas) la competición oficial con la primera jornada de la Liga Endesa. Y lo hace en medio de un clima de absoluta incertidumbre.

Teniendo en cuenta que el equipo es prácticamente nuevo (tan solo continúan San Miguel, Javi García, Hlinason y Font de la plantilla del año pasado), la pretemporada se antojaba como un periodo clave para comenzar a ensamblar las piezas e ir engranando los mecanismos que lleven a Jaume Ponsarnau a construir un conjunto sólido. Pero la preparación no ha podido resultar más accidentada. Las sensaciones que ha dejado el Casademont han sido contradictorias ya que, a pesar de haber mostrado en momentos puntuales el gran potencial con el que cuenta la plantilla, el equipo no ha sido capaz de mantener un alto nivel de baloncesto durante un tiempo prolongado y ha pecado de inconsistencia y falta de intensidad, evidenciada en graves problemas en el rebote en los dos lados de la cancha.

Pero sin duda la peor noticia han sido las lesiones de larga duración de Santi Yusta y Omar Cook, dos de los nuevos fichajes y que se antojaban como piezas clave en el esquema de Ponsarnau. Tanto el alero como el norteamericano estarán prácticamente hasta 2021 sin poder competir, lo que ha hecho que el club tenga que reaccionar rápido y se haya hecho con los servicios del alero Adam Waczynski y el base Kenan Sipahi para cubrir los huecos que dejan vacíos en la rotación. Se espera que ambos debuten ya hoy debido a las necesidades del equipo.

Ante lo accidentado de los últimos días el que mejor ha definido la situación actual fue el propio Ponsarnau en la rueda de prensa previa al inicio liguero. «Somos una incógnita» afirmó el técnico, que auguró un «difícil» comienzo de temporada. Enfrente estará el Manresa, que fue una de las revelaciones del año pasado y, con Pedro Martínez al mando, quiere que este curso sea el de su consolidación. El equipo catalán llega sin ninguna baja y más rodado.

 El reto será mayúsculo para los aragoneses ante un equipo que propone partidos de alto ritmo y de transiciones rápidas. Los Okoye, Mobley, Radoncic y compañía deberán dar un paso al frente para sobreponerse a la situación que atraviesa el Casademont e intentarán obsequiar a la afición con la primera victoria en el regreso oficial del público a las gradas.