Las cuatro derrotas consecutivas que acumula el Casademont Zaragoza tienen un denominador común, la escasez de puntos que arrastra el conjunto aragonés. El equipo de Jaume Ponsarnau ha pasado de promediar 99 en las dos primeras jornadas, con un ataque alegre y efectivo, a 63 en las últimas cuatro jornadas, en las que solo en una ha alcanzado los 70 puntos. Un apagón colectivo que puede explicarse en dos datos: el Casademont es el conjunto que menos asistencias reparte en toda la Liga Endesa, 12 por partido, y es el tercero que menos triples anota en la competición con 6,8 de media.

Esas dos cifras señalan la falta de juego colectivo del equipo y la escasa, escasísima, amenaza exterior de un bloque que tampoco destaca por su juego interior. Aunque la falta de acierto hace que el número de asistencias se reduzca también, la cifra es significativamente baja. En los últimos cuatro partidos promedia 11 y, en Tenerife, su peor actuación hasta la fecha, tan solo se contabilizaron 6.

El juego ofensivo del Casademont se atasca por jornadas, convirtiéndose cada vez en más inofensivo. Los triples son un buen ejemplo de ello. No solo es que siempre su rival le supere en esa faceta, es que está anotando una media de 6,8, que se ha reducido a 4,25 en los últimos cuatro encuentros. En estos tan solo en Tenerife pudo hacer 5, en los anteriores se quedó en 4 aciertos. El porcentaje, 22% de puntería, es demasiado bajo como para hacerle un equipo competitivo.

No es solo la cantidad de puntos que no anota, sino las facilidades defensivas que eso da al rival, que puede permitirse el lujo de no esforzarse en exceso en presionar al perímetro del Casademont, cerrando así aún más el juego interior aragonés. Es un problema colectivo para el que no hay respuestas individuales. El único que mantiene el tipo desde el 6,75 es Adam Waczynski, con un 47,4% de acierto. Aleix Font tiene un 60% porque ha anotado 3 de sus 5 intentos, aunque el catalán es un recurso y no un habitual.

Los jugadores del perímetro tienen porcentajes escasos, pero mucho peor es el de los cuatros (20% Vanwijn, 16% Radoncic), lo que indica que el Casademont difícilmente puede abrir el campo y, en consecuencia, las defensas rivales, para generar espacio para sus pívots, que no están encontrando tampoco el protagonismo en estas primeras jornadas.

Tenerife fue la peor actuación del equipo, la más pobre, sobre todo en el plano colectivo. En lugar de ir dando pasitos cada jornada, de ir sumando y añadiendo aspectos a su juego, da la impresión de haber retrocedido y tener hoy menos argumentos que cuando comenzó a competir. Ahora mismo es un equipo inofensivo.