Ganar y esperar. No tiene más opciones el Casademont Zaragoza este miércoles para seguir vivo en su primera participación en la FIBA Europe Cup. No depende de sí mismo, así que lo único que puede hacer el conjunto aragonés es preocuparse de superar al colista del grupo D, el Hapoel Gilboa Galil (20.00 horas). Después tendrá que estar pendiente de lo que suceda en Bolonia entre el Reggio Emilia y el Avtodor Saratov (20.30 horas) porque solo el triunfo ruso le mantendrá con vida, obligándole a ganar a los italianos en la última jornada y recuperarles el averaje (-9 puntos). Si gana el Reggio Emilia, el Casademont quedará eliminado del torneo.

Pero eso será después. Antes, el conjunto de Jaume Ponsarnau debe hacer los deberes y lograr otro triunfo que afiance las mejoras experimentadas y le permita, como repite siempre su entrenador, seguir creciendo. El Casademont avanza a trompicones y necesita encontrar una mayor regularidad y continuidad en su juego. Esta tarde se le presenta una nueva oportunidad, de nuevo ante su público, frente al colista del grupo, al único equipo que ha conseguido ganar en esta FIBA Europe Cup. Con mucho sufrimiento, con prórroga, pero el Casademont obtuvo su único triunfo en Israel (90-91). El conjunto hebreo ha perdido todos sus partidos, por lo que se presenta en Zaragoza ya sin opciones de nada en la clasificación. Este fin de semana perdió frente al líder Hapoel Jerusalem (80-68) en la competición doméstica, por lo que es segundo empatado con su rival y con el Holon.

Sin Hans Vanwijn

Jaume Ponsarnau contará con una baja casi segura, Hans Vanwijn. «Va mejor pero no está bien aún. El pronóstico es que no vamos a poder contar con él pero esperaremos a mañana (por hoy) para tomar la decisión definitiva», explicó el técnico, añadiendo que su sustituto en el roster sería Pavle Stosic. Ponsarnau explicó también que su más que probable baja será cubierta con Vilá y no con Thompson. «Es un recurso ponerlo al cuatro pero en el esfuerzo de integración que está haciendo es difícil integrarlo en dos posiciones. La idea es que juegue al cinco y para el cuatro tenemos a Ramón», argumentó el entrenador.

Ponsarnau advirtió también de los peligros del rival. «Tiene un juego random de uno contra uno, en transición, mientras que en estático usan conceptos nada convencionales en ACB y esto requiere nuestra atención y adaptación», explicó el técnico, añadiendo que su equipo debe afrontar el partido «con la responsabilidad de hacer las cosas bien para ganar» ante un «equipo complejo que juega diferente a lo que es el baloncesto ACB». Destacó que ha encontrado una «respuesta positiva» tanto del grupo como de algunos jugadores de «responsabilizarse y dar un paso adelante».

En la situación en la que se encuentra el Casademont, «cada partido tiene que ser una oportunidad» para mejorar. «El primer enfoque es ser lo más competitivos posible. Estamos en una necesidad de crecimiento continuo, con un jugador nuevo, competiciones diferentes. No hemos cogido ritmo de aprendizaje pero seguiremos insistiendo en mejorar», apuntó Ponsarnau, para quien la clave esta tarde es entender «el partido a 40 minutos porque son un equipo que estimulan las rachas y debemos ser más sólidos y consistentes». El primer paso es ganar, luego habrá que esperar.