El Instituto de Córdoba fue uno de los clubs fundadores de la Liga Nacional argentina que impulsó León Najnudel, pero nunca había ganado un título. Este verano confió el equipo a Lucas Victoriano y el exjugador del CAI Zaragoza ha tardado unas semanas en hacer historia. Conquistó el Súper 20, el trofeo oficial de la pretemporada, y se convierte así en el primer argentino que levanta un título como jugador y como entrenador. «Esto es sumamente gratificante, ver las caras de alegría de la gente es lo máximo a lo que se puede aspirar», asegura.

A sus 44 años recién cumplidos, Victoriano empieza a hacerse un nombre como entrenador. Como jugador dejó huella al formar parte de la generación dorada argentina y levantar títulos tanto en Argentina como en Europa. Son alegrías incomparables por las circunstancias. «Lo disfrute mucho, todos los títulos son diferentes, cada año es diferente. Pero esta vez es como que valía la pena hacer tantos esfuerzos por prepararme para hacer lo que me gusta. Tener a mi hija lejos es durísimo para mí, por eso transformarlo en título al esfuerzo es importante», explica.

Victoriano acaba de llegar como quien dice a Instituto, pero tanto el club como él tenían las cosas claras. «Llegué y llegamos, el cuerpo técnico y los jugadores, con la idea de ser protagonistas. De prepararnos para partidos importantes. Fuimos los primeros en comenzar a entrenar en Argentina y ese compromiso por suerte se pudo mostrar ganando un título», apunta. En la final del Súper 20, en casa, con la cancha llena, Instituto le ganó 80-66 a Gimnasia de Comodoro Rivadavia. «Después de estos años difíciles que vivimos, lo hicieron más especial el festejo, la cancha estaba a reventar y la gente puso la fiesta. Fue increíble e inolvidable», recuerda de ese momento de euforia.

La fiesta se desató en la cancha, hubo celebración, cánticos, la clásica ducha al entrenador. Victoriano lo disfrutó y se refugió unos minutos en la soledad del gimnasio para disfrutar el éxito. Pero la competición sigue, ya ha comenzado la Liga y el exjugador del CAI afronta nuevos retos. «Ahora nos centramos en esta Liga. Somos conscientes de que tenemos que confirmarnos y no conformarnos, sabiendo que trabajando como lo hacen, se pueden conseguir logros. Será difícil, es una Liga muy pareja y dura y queremos estar en otra final», señala. Instituto comenzó con fuerza y, este fin de semana, superó a San Lorenzo por 101-65. Ha ganado los dos partidos disputados y es segundo.

El estilo

Ese es el presente más inmediato, pero ser entrenador es una carrera de fondo. Trabajar un equipo y que refleje en la pista el ideario de un técnico requiere su tiempo. Lucas Victoriano está escribiendo su propia historia. Como entrenador quiere que sus jugadores «no tengan complejos». «Intento que tengan su felicidad y su compromiso en cada entrenamiento, que ellos sepan todo lo que pueden encontrarse y que busquen la manera de resolver lo que los partidos les presenta. Para eso hay que entrenarlos, físicamente y psicológicamente. Después de eso, que sepan dónde están, qué les hace feliz a la gente que los contrató y al hincha. Cuando esa comunión existe, es una bola que gira sola, no es fácil pero me gusta que los equipos sean solidarios con el esfuerzo y respetuosos con el trabajo de lo demás», explica sobre su ideario.

Se ve como «un entrenador normal, alguien que toma decisiones con un liderazgo horizontal, tengo mi personalidad, pero intento que todos se sientan cómodos cada día. No escatimo el trabajo, saben todos que se trabaja y mucho, pero también es importante pasarlo bien, ser buen grupo y tener cercanías con todos», explica. Y en el futuro «me gustaría seguir creciendo. Vivir etapas profesionales como entrenador es cómodo y conocido para mí, sé que hay que estar preparado para los retos que se me presenten. Entrenar en Europa y en la selección argentina es mi sueño».