No hubo que esperar a nada ni a nadie. El Casademont Zaragoza salió de Europa por su propio pie, consumando su bochornoso paso por la FIBA Europe Cup cayendo también en casa contra el peor equipo del grupo, el Hapoel Gilboa Galil (78-80). Al equipo de Jaume Ponsarnau le salió todo al revés. No solo no tuvo que aguardar el resultado de Italia sino que fue el Casademont el que clasificó al Reggio Emilia con su derrota. A falta de la última jornada, el Casademont solo ha ganado uno de los cinco partidos disputados, en la prórroga, y se despide con más pena que gloria de la competición. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas.

El Casademont confirmó su fracaso en otro partido jugado a arreones, con decisiones extrañas, sin continuidad en el juego, sin una idea clara. El Hapoel le ganó el rebote y le superó a base de triples, se llevó el duelo ante un Casademont sin respuestas, sin defensa y sin ataque. El equipo aragonés no parece mejorar, o al menos no lo suficiente como para lo que exige la competición. La confección de la plantilla no fue la mejor y las lesiones no han ayudado, pero ahora mismo ni siquiera se está sacando todo el rendimiento posible a lo que hay. Las rotaciones de Ponsarnau no funcionan y el estilo de juego sigue sin poder reconocerse.

Contra el Hapoel acabó siendo la crónica de un desastre anunciado. La primera parte resultó muy pareja. El Casademont Zaragoza fue siempre por delante pero a tirones, con la ventaja estirándose y encogiéndose como un chicle en función del acierto de unos y otros. Ninguno brilló en defensa, aunque el conjunto aragonés tuvo sus mejores minutos cuando pudo recuperar balones y correr. Ahí tomó su primera ventaja importante (12-3), aunque no le duró mucho. En estático, como es habitual, le costó algo más crear. No encontró el acierto desde el triple (1/9 en el primer cuarto) y Thompson falló todo lo que intentó hasta casi el descanso.

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FOTOGALERÍA | El Casademont Zaragoza cae eliminado de la FIBA Europe Cup JAIME GALINDO

El mejor desde el inicio fue Dino Radoncic. Su intensidad, sus ganas, le situaron por delante del resto. Recuperando, reboteando, corriendo, anotando, alcanzó ya el descanso con 19 puntos, 5 rebotes y 24 de valoración en 14 minutos. Su reemplazo tuvo que ser Ramón Vilá, ya que finalmente Vanwijn causó baja por su problema muscular en la espalda. También tuvo minutos Javi García, esta vez como escolta, para alegría de los escasos espectadores, que lo recibieron con aplausos.

Todo en el aire

El Casademont no hacía un juego brillante pero le bastaba para ir tirando frente a un Hapoel aún más errático. Solo cuando Brisker anotó tres triples seguidos en el segundo cuarto volvió a apretar el marcador, dejando la diferencia en un solo punto y el partido en un puño. Con 46-40 todo era posible en la segunda parte, sobre todo porque el Casademont no es garantía de nada ahora mismo. Fue tan posible todo que el equipo aragonés perdió también los dos segundos parciales y se fue dejando el partido poco a poco hasta la derrota final.

El conjunto aragonés siguió sin encontrar el acierto exterior pese a que su juego básicamente es pasarse el balón por fuera. Thompson siguió evidenciando que está fuera de forma y Hlinason, que se le puede sacar mucho más provecho. El Casademont siguió anotando triples con cuentagotas (y cuando Font anotó dos seguidos, se fue al banco) mientras Brisker y Hanochi los hacían como churros. A base de tres recuperó el poco terreno perdido el Hapoel y se puso en disposición de disputar el partido.

Tanto fue el cántaro a la fuente que, al final, los israelíes lograron darle la vuelta al marcador a 5.30 del final (67-68). El Casademont no cambió nada, si acaso a peor. Sin saber a qué jugar ni cómo frenar a su rival, sin cerrar el rebote, perdiendo balones en ataque, el equipo no salió del shock. Lo peor del caso es que llueve sobre mojado y que el equipo de Ponsarnau sigue en el alambre, dando más malas sensaciones que buenas, sin saber cuál es su camino o hacia dónde quiere ir. En Europa ni eso. Tras mucho insistir para disputar competición continental pese a no habérselo ganado la temporada pasada, el Casademont optó por el cuarto torneo, el único al que podía apuntarse. No solo no levantará el título este año, sino que se ha ido a casa antes de tiempo, por la puerta de atrás y con la cara colorada.

FICHA TÉCNICA

Casademont Zaragoza: San Miguel (5), Mobley (11), Okoye (9), Radoncic (23), Hlinason (8) –cinco inicial– Deon Thompson (6), Waczynski (10), Vilà, Font (6), Sipahi y Javi García.

Hapoel Gilboa Galil: Perrantes (2), Cornelius, Harrell (9), Avivi (3), Cooke (10) –cinco inicial–, Brisker (24), Killeya-Jones (13), Maayan, Geffen y Hanochi (19).

Parciales: 21-12, 25-28, 17-18, 15-22.

Árbitros: Vuckovic (Eslovenia), Van Hoye (Bélgica) y Mavisu (Turquía). Sin eliminados.

Incidencias: Partido disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 3.188 espectadores. 

Así hemos contado el partido: