¿Por qué ha decidido retirarse?

He seguido mi instinto, era una sensación que tenía dentro hace un tiempo. Como el año pasado fue tan extraño, sin aficionados, tuvimos que parar tres meses la competición, fueron muchas frustraciones. En general sentí dentro de mí que no tenía más motivación para aguantar el trabajo diario que es necesario para tener éxito. Para mí fue una cuestión de responsabilidad hacia mi trabajo. Si no lo vas a hacer al 110% como lo he hecho toda mi vida, con respeto hacia mis compañeros y mi entrenador y el club donde podría jugar, no era algo responsable por mi parte. Porque es un juego pero no es un juego. Es un estilo de vida y hay gente que vive de eso. No es como estoy acostumbrado a trabajar y cuando sentí dentro de mí que no estoy al 100% motivado para seguir y para estar lo mejor que puedo en cada entrenamiento, porque entrenar más que otros que es lo que ha sido toda mi vida, he sacado toda mi confianza del trabajo extra; cuando este trabajo no está no me sentía súper bien y con confianza en la pista. Sumé dos y dos y me salió fácil.

¿Es una decisión difícil para un profesional que lleva 16 años dedicándose solo a esto?

Sí y no. Es difícil porque es lo único que he sabido hacer toda mi vida, ha sido mi pasión y mi trabajo desde que empecé con siete u ocho años, siempre he tenido ese nivel de dedicación. Pero mirando atrás es fácil llegar a esa decisión sabiendo todo lo que hice. Seguro que físicamente podía haber jugado algún año más, pero no es una cuestión solo de cómo se siente tu cuerpo sino que es todo el pack, lo emocional, motivacional, dedicación, responsabilidad. Así he llegado a mi decisión. Seguro que necesitaré un tiempo para acostumbrarme pero creo que he hecho bien en apuntarme a la escuela de entrenadores y también a una academia de Management, quiero aprovechar el tiempo libre que tengo ahora para formarme, mejorar como persona en el sentido académico y prepararme para una vida después del baloncesto.

¿Qué balance hace de su carrera?

Los deportistas siempre pensamos, si hubiese cogido un contrato un poco mejor, con un poco más de dinero, si hubiera ganado algún trofeo más, en este club no tuve el rol que quise… pero mirándolo de una manera racional estoy súper contento, de verdad. Solo por el hecho de que en los años más productivos de mi carrera, de los 26 a los 33, jugué en la ACB y en la NBA ya es algo que tengo que valorar y apreciar y puedo estar orgulloso. He jugado al nivel más alto de Europa y el mundo. Dependiendo del año tuve roles mejore o peores, pero esas dos cosas son positivas. Me duele no haber podido ganar ninguna medalla con el equipo nacional de Croacia, con el que estuve doce años en cinco competiciones grandes, Juegos Olímpicos, Mundial, Europeos. Hubiera sido increíble porque jugar para el equipo nacional conlleva más emociones pero estoy contento de haber formado parte de esos equipos fuertes. Tuve también la fortuna de vivir doce años en el extranjero y jugar en clubs fantásticos con personas que respeto mucho.

¿De qué se siente más orgulloso?

Hay dos cosas que destacan en mi cabeza. Definitivamente, los dos años con el CAI. Es algo de lo que puedo estar súper orgulloso. Tuvimos dos de las temporadas más exitosas de la historia reciente del club, hicimos muchas cosas buenas para el club y para nuestras carreras con un grupo fantástico liderado por José Luis Abós. Y mi temporada en Indiana Pacers y los tres años que pasé jugando en la NBA. No muchos jugadores pueden decirlo y eso es algo de lo que estoy súper orgulloso. También he ganado competiciones nacionales en Croacia, Bélgica. Me dolió perder la final de la Champions con el Mónaco, que perdimos contra el AEK ante 20.000 griegos locos. Hay derrotas que duelen pero en general, mirando atrás y la lista de jugadores con la que he jugado, y de entrenadores, y de clubs, en general creo que puedo estar orgulloso y feliz.

También del cariño de la gente. ¿Cuántos mensajes ha recibido?

Necesitaré varias semanas para contestarlos todos. Estoy tan agradecido y tan sorprendido por la cantidad de mensajes de todo el mundo del baloncesto y de todos los clubs. Zaragoza, Valencia y Murcia me han mandado bonitos mensajes y la página de ACB publicó también uno muy emotivo que significa mucho para mí porque me demuestra que no me han olvidado y hay personas que valoran todo el trabajo, esfuerzo y emoción que puse en la cancha y fuera. Ser apreciado en España es algo de lo que puedo estar más orgulloso. También aficionados de la NBA de varios equipos y lugares del mundo, tengo mensajes de Brasil, Argentina, China… Han sido días llenos de emoción y de orgullo.

De Zaragoza le han llegado muchos. Dejó huella aquí y parece que Zaragoza también dejó huella en usted.

De donde más, de cualquier club y de cualquier país, han sido los mensajes de mi Zaragoza y de verdad que me siento súper especial y tengo que aprovechar esta oportunidad para agradecérselo a todos. Zaragoza sin ninguna duda es el club más importante de mi trayectoria porque es ahí donde di el paso adelante y fue crucial para mi carrera. He pasado buenos años en muchos clubs, pero sin duda los más destacados son los que pasé ahí porque la experiencia de jugar enfrente de esa afición, los partidos que ganamos, jugar la Copa y el playoff los dos años y en un momento importante para mi carrera es algo que jamás me voy a olvidar. Me alegro mucho de que siga esa relación especial y con esos mensajes y los contactos que tengo en el club y la ciudad. Es algo que valoro muchísimo y que espero que continúe en el futuro.

También habrá recibido de excompañeros.

Sin duda, son toda la gente fantástica, de Van Rossom, Llompart, Norel, Aguilar, Roll, Fontet que es mi mejor amigo de España y sigo en contacto con él. De verdad que la mayoría de jugadores me mandaron mensajes bonitos.

Vaya equipazo está nombrando.

Sin duda, puede que no fueran las temporadas más exitosas pero de las más exitosas seguro y esto demuestra cuánto valora la afición todo lo que hicimos, también con nuestro entrenador y con la gestión de Willy Villar que hizo ese equipo. Estoy muy agradecido de poder vivirlo en su momento y por todo lo que ha venido después con los mensajes y esa relación que aún sigue.

Dice que aquí dio el salto en su carrera. ¿Qué importancia tuvo José Luis Abós?

Crucial. No se puede poner en palabras. Como un chico que llegaba de Croacia hay que tener en cuenta que en ese momento no era ni un tres ni un cuatro, hacía un poco de todo pero tener una posición determinada es súper importante. José Luis me dejó esa libertad para poder jugar dos posiciones al nivel máximo y más fuerte de Europa. Para mí tener esa confianza, también de mis compañeros, fue fundamental para demostrar lo que podía hacer. Un jugador que puede cubrir dos posiciones y ahí es donde me sentí súper cómodo. No me ponía en una caja sin permitirme todo lo que podía hacer en la cancha y aproveché todo eso. También el grupo era súper especial, nos llevábamos súper bien y eso se trasladaba a la cancha.

Ha vuelto a jugar en Zaragoza pero, ¿le gustaría volver a vivir un partido en el Príncipe Felipe?

Sin duda, solo estuve una vez con el Murcia, pero volver a Zaragoza está en mis planes sea como sea, para ver un partido, visitar viejos amigos o quién sabe qué relación podemos tener en el futuro. Zaragoza lo veo como mi segundo hogar y un sitio especial en mi vida y mi carrera.

¿Se ve entrenando en el futuro?

De momento estoy haciendo tabla rasa mirando al futuro en varias direcciones pero sin una idea clara porque aún está súper fresca la sensación de ser jugador y de la otra vida que he vivido hasta ahora. Pero me veo relacionado con el baloncesto, puede ser como entrenador, en la gestión del club. En los próximos años ojalá tenga mi licencia para ser entrenador y pueda formarme un poco más y mantener buenas relaciones con el mundo del baloncesto y quién sabe cómo va a cristalizar todo. Pero definitivamente me gustaría volver a ser parte del baloncesto español otra vez porque está a un nivel que no se puede comparar con nada.

¿La ACB es la mejor Liga después de la NBA?

Sin ninguna duda. No solo por la cantidad y calidad del baloncesto que se juega sino por el respeto que reciben los jugadores y por el marketing y el nivel de organización, por toda la historia y lo que pasa alrededor de la cancha. Eso es lo que destaca y hace la diferencia entre la élite que es la liga española. Hay clubs con mucha historia y es una cuestión de prestigio lo que diferencia la ACB de otras Ligas de Europa, que también son fuertes y pueden tener en un momento dado más dinero para jugadores, pero la tradición, la historia y el prestigio están a un nivel máximo en la ACB.

Pero nada comparable con la NBA.

Diría que en EEUU es un modelo corporativo, de negocio, hay muchas otras cosas que van dentro de la cuenta que no es solo la cancha. Hay más dinero involucrado y cada club es una corporación, la Liga es una corporación que sigue una línea de negocio. De la calidad de los jugadores no hace falta gastar palabras, es la Liga más física y con más calidad que existe pero la línea de negocio es algo que hace la diferencia entre la NBA y el resto. Solo la cantidad de gente que sigue a diario es difícil de alcanzar por el resto.

También tiene su historia. Usted jugó en la franquicia de Larry Bird.

Larry Bird diría que es la persona más importante en mis años de la NBA. Me siguió y decidió ficharme. Nunca olvidaré el momento después de un entrenamiento que hice allí para ellos y se acercó y me dijo, esta tarde quiero ficharte, hacerte un contrato, no quiero que juegues en otro sitio, quiero que seas jugador de Indiana. Son palabras que cambiaron mi vida para siempre. Y siempre les estaré agradecido. Él y Kevin Pritchard tuvieron un rol crucial en mi pase de Zaragoza a Indiana. Y luego tener la oportunidad de jugar con Paul George, Kevin Garnett, Nikola Vucevic, todos all star, hall of famers, o mi amigo Ricky Rubio, que seguimos en contacto. Fue una experiencia rica. A veces mirando hacia atrás pienso pude jugar más o menos minutos, tener más oportunidades, pero elijo mirar esa experiencia pensando que estoy súper feliz y agradecido por lo que pasó y elijo no estar triste porque se terminó. Solo duró tres años, pudo ser un año más o menos pero de todos modos estoy bien con lo que pasó.