La mala suerte sigue cebándose con el Casademont Zaragoza. La lesión de Stan Okoye, que estará de baja al menos dos meses por la rotura parcial del tendón de inserción del músculo tríceps de su brazo izquierdo, es el último capítulo de una larga lista que ha trastocado por completo la planificación que realizó el club en verano.

El infortunio comenzó incluso antes de que empezara la competición. Santi Yusta, una de las grandes apuestas del Casademont, cayó lesionado en un entrenamiento en la concentración pirenaica de Benasque. Al ser una dolencia en su rodilla izquierda, la que ya le tuvo casi un año en el dique seco en 2019, se temía de nuevo lo peor. Y aunque los peores augurios no se confirmaron, el madrileño sufrió una lesión aguda del menisco interno que le ha tenido de baja hasta su reaparición el pasado fin de semana en el último choque ante Fuenlabrada. 

No quedaron ahí las malas noticias para los aragoneses porque, a Omar Cook, en la semana previa al debut liguero, se le diagnosticó un esguince en su rodilla derecha con rotura parcial amplia en el ligamento lateral interno. Otros tres meses de baja y el Casademont perdía a dos de sus piezas claves sin tan siquiera haber disputado un minuto de competición oficial. Desde las oficinas del club se reaccionó rápido y se sondeó el mercado para sustituir a los lesionados. Kenan Sipahi y Adam Waczynski fueron los elegidos en ese momento para suplir las bajas de los dos jugadores. El resultado fue una de cal y otra de arena, ya que el rendimiento del base turco y el alero polaco han sido antagónicos. Mejor o peor, lo cierto es que la hoja de ruta que había previsto el club se había desviado.

Semanas más tarde, ya con el equipo inmerso en la competición, llegó un nuevo contratiempo. El pívot Jamel McLean sufrió un fuerte esguince en su tobillo izquierdo que le obligaba a parar dos semanas. El Casademont decidió en ese momento volver a mover ficha. Como McLean no había dado el rendimiento deseado y el parche Sipahi no estaba funcionando, el club decidió cortar al americano y liberar su plaza de extracomunitario para posibilitar la llegada de un nuevo base.

Vuelta a empezar. Tras la reestructuración de la plantilla que se anunció la semana pasada con el fichaje de Jordan Bone y las salidas de Sipahi y Javi García, Ponsarnau se mostró ilusionado ya que el equipo tenía ahora una rotación «más larga y compensada». Poco le ha durado la alegría al técnico catalán, ya que la baja de Okoye vuelve a trastocar, por enésima vez, los planes del equipo.

Mirando el vaso medio lleno, la ausencia del alero coincide con la recuperación de Yusta. La posición de 3 queda ahora cubierta con el alero madrileño, Waczynski y está por ver si Ponsarnau da un voto de confianza a Aleix Font. Solo las lesiones no explican la mala dinámica que atraviesa el Casademont, pero sería injusto negar su importancia en la accidentada marcha del equipo en una de las temporadas más revueltas de los últimos años.