El Casademont Zaragoza afronta este domingo una de las salidas más exigentes de toda la temporada. Los aragoneses visitan la cancha de un enrachado Real Madrid (17.00 horas) con el sueño de lograr lo que sería algo más que una victoria. Un triunfo ante los blancos significaría una gran inyección de moral y un espaldarazo para el proyecto deportivo del equipo. Más de dos semanas han transcurrido ya desde la debacle de los hombres de Ponsarnau en Málaga, donde cayeron derrotados por 40 puntos de diferencia. La primera obligación para los zaragozanos es por tanto lavar la imagen que dejó el equipo ante Unicaja. Ganas no le faltarán al conjunto aragonés, que esperaba ya como agua de mayo el regreso de la competición tras el aplazamiento de su partido ante el Murcia. Para enfrentarse al líder, el técnico catalán recupera a Thompson y Yusta y volverá a tener a su disposición una rotación que el propio Ponsarnau ha reconocido en varias ocasiones que, tras muchos cambios en el accidentado inicio de temporada que ha sufrido el club, es de su gusto y que fue la que consiguió la victoria a domicilio en la cancha del Andorra y el triunfo de prestigio que ante el Baskonia en el Príncipe Felipe

Será clave para intentar la machada ante los blancos recuperar esas buenas sensaciones y el juego coral que llevó al Casademont a levantar el vuelo antes del encuentro de infausto recuerdo en tierras andaluzas. Omar Cook deberá aprovechar su experiencia y marcar el ritmo de partido que más le interese a su equipo, así como Mobley, en clara progresión ascendente, tendrá que liderar la producción ofensiva en el duelo de tiradores que mantendrá con los exteriores madrileños. Por dentro, Hlinason se deberá agigantar todavía más para frenar el poderío interior blanco, aunque sin Tavares. En definitiva, para aspirar a la proeza, los aragoneses deben realizar un partido inmaculado y que el Madrid no tenga su día.

El líder

 Y es que el conjunto madrileño acumula una asombrosa racha de 19 partidos ganados de sus últimos 20, a pesar de haber sufrido varios brotes de covid que han afectado prácticamente a la totalidad de la plantilla. Como cada año, Pablo Laso ha vuelto a construir una máquina bien engrasada en el que la clave es la profundidad en la rotación y el reparto de minutos, lo que convierte al Real Madrid en un equipo muy intenso. Aunque los madrileños no podrán contar con el internacional español Rudy Fernández ni con el pívot Walter Tavares, recursos no les faltan y cualquiera de sus jugadores puede decidir un partido. Una de las sensaciones está siendo el desempeño del francés Yabusele, jugador que está anotando con grandes porcentajes desde cualquier posición de la cancha. El incombustible Sergio Llull aporta minutos de calidad en una rotación que asusta:Caseur, Randolph, Abalde, Poirier, Hanga, Heurtel y el aragonés Carlos Alocén. El zaragozano, en su segunda temporada en el Real Madrid, no está teniendo suerte con las lesiones y le está costando tener protagonismo, pero seguro que estará especialmente motivado por medirse al equipo en el que se formó como jugador.

Contra todo y contra todos deberá batallar el Casademont en un duelo solo apto para atrevidos en el que los aragoneses saltarán a la cancha del líder con mucho más a ganar que a perder.