Arriba, abajo, arriba y abajo otra vez. La temporada del Casademont Zaragoza está resultando demasiado extrema, de sensaciones opuestas casi de un día para otro. Le ha vuelto a pasar en las últimas fechas. Cuando parecía que por fin levantaba la cabeza con dos triunfos de prestigio en Andorra y contra el Baskonia, recuperando a sus lesionados de larga duración, ha vuelto a hundirse con dos derrotas dolorosas por las formas: una paliza en Málaga (112-72) e incomparecencia en Madrid (94-69). Un pecado de inconsistencia que le mete de lleno en la pelea por eludir los puestos de descenso.

Es el sino de una temporada en la que no termina de arrancar el equipo de Jaume Ponsarnau. Empezó con dos estupendas victorias frente al Manresa y en Bilbao, llenas de puntos y de cierto descaro ofensivo, pero la fea caída contra el Burgos (54-75) le sumió en un bache de cuatro derrotas seguidas en las que el equipo estuvo lejos de todos sus rivales (Valencia, Tenerife y Barcelona fueron los siguientes). Al tiempo, el Casademont tropezaba una y otra vez en Europa hasta quedar eliminado a las primeras de cambio.

El equipo aragonés salvó una primera situación delicada ganando a dos rivales directos, el sorprendente Breogán y el hundido Betis en los últimos días de Joan Plaza como técnico. Fueron dos balones de oxígeno clasificatorio pero la mejora seguía sin llegar y conjunto de Ponsarnau encadenó otras cuatro derrotas seguidas (Joventut, Obradoiro, Real Madrid y Fuenlabrada) que hicieron incluso tambalearse el banquillo.

El Casademont volvió a salvar otra situación más que comprometida con dos triunfos seguidos que parecían el inicio de otra cosa. Ya con Cook y Yusta en el equipo y con el juego interior redefinido de nuevo, el equipo aragonés ganó en Andorra y al Baskonia en su actuación más completa hasta la fecha para volver a tomar un pequeño impulso en la tabla con respecto a las últimas posiciones. Lejos de suponer el despegue, no fue sino el pequeño paso hacia adelante antes de volver a dar dos hacia atrás.

De una de sus mejores actuaciones del curso, frente al Baskonia, a dos de las peores derrotas de este año. El Casademont Zaragoza fue zarandeado en Málaga al bajar los brazos tras el descanso y llegó tarde, tardísimo, al WiZink Center. Cuando se quiso dar cuenta perdía por 28-3 en el minuto 9 de partido y ya no tenía nada que hacer ante el líder Real Madrid. Esa inconsistencia está matando al Casademont Zaragoza. El equipo aragonés debe preocuparse de nuevo por eludir el peligro, más aún cuando la mayoría de equipos de la zona baja están despertando o parecen cerca de hacerlo en las últimas fechas.

El conjunto zaragozano no jugará este fin de semana, tras el reajuste del calendario, y la siguiente le esperan dos partidos que vuelven a presentarse como cruciales. El miércoles 26 recibirá al Murcia en el duelo aplazado por el brote en el conjunto murciano y el 29 visitará a un rival directo con el que perdió en casa, el Fuenlabrada. El Casademont cuenta con dos triunfos de ventaja sobre el descenso pero cuatro de los cinco equipos que tiene por detrás han jugado dos partidos menos. Su inconsistencia es muy peligrosa.