Revancha consumada. El Casademont Zaragoza se aprovechó de, posiblemente, el peor Unicaja que ha pasado por Zaragoza para vencerle con claridad y poner en evidencia todas sus debilidades, como sucedió a la inversa en el Carpena hace cosa de un mes. Aunque la relajación de los últimos minutos dejó un marcador más normal (93-82), lo cierto es que el equipo de Ponsarnau ganó con claridad y se llevó un triunfo importantísimo para sus intereses. Y para los de su técnico. Esta vez el equipo respondió y Ponsarnau utilizó sus piezas de una manera más lógica. La cuestión es hasta dónde llega esta mejora, si lo es realmente.

De momento le da para sobrevivir una semana más y mantener a raya los puestos de descenso pese a llevar más partidos que sus rivales. Le sirve para respirar y seguir tirando, a la espera de confirmar o de dar otro paso atrás la próxima semana en esta irregular e inconsistente temporada en el equipo aragonés. Supone ganar tiempo, veremos qué más.

La tensión en la pista era evidente entre dos equipos en la cuerda floja. Lo demostraron al principio con posesiones muy largas, todas al límite, con muchas faltas producto de una agresividad que nacía en la pura necesidad. En el Casademont, con Mobley titular en el dos y unas rotaciones más lógicas, el juego gravitó sobre Thompson al principio y pudo sacar provecho de su enfrentamiento con Guerrero, tanto con puntos como con faltas. A partir de ahí pudo ir abriendo su juego hacia los exteriores, para que apareciera un inspirado Mobley y el fiable Waczynski.

El Unicaja se mantuvo primero con los puntos de Alberto Díaz (13 al descanso), y después con los de Brizuela (10), pero realmente no funcionaba nada en el equipo de Katsikaris, endeble en defensa, sin buena lectura de juego, sin consistencia ofensiva. Solo cogió ocho rebotes al descanso. El Casademont, esta vez sí con una mejor actitud, más enchufado, más intenso, supo aprovecharse de la situación de su rival. Con el marcador a favor, además, es mucho más fácil remar y el conjunto de Ponsarnau encontró la manera de anotar y anotar hasta los 53-38 del descanso.

El equipo aragonés fue más lógico en esta ocasión. Mobley, desaparecido como por arte de magia después de brillar durante cinco partidos seguidos, recuperó su puesto natural y Ponsarnau volvió a utilizar a Bone como base. Con las piezas en su sitio y una salida más digna que las anteriores, el Casademont funcionó mejor. Sin embargo, en la segunda parte empezó Bone como escolta. El equipo aragonés supo tener paciencia para aguantar ante un Unicaja sin argumentos, con los puntos de Brizuela como única tabla de salvación, aunque la distancia enseguida se estiró hasta los quince.

El equipo de Katsikaris no salió de su agonía y terminó el tercer cuarto con 79-60 en el marcador y muy malas sensaciones. Al contrario de un Casademont que supo aprovechar la ola para mantenerse en pie y seguir recuperando el favor de su público. Qué curiosas son las dinámicas. Casademont y Unicaja fueron dos opuestas, positiva y negativa, que fueron creciendo hacia sus respectivos polos. Brilló Hlinason, destacó hasta Vanwijn, anotaron los que tienen puntos en las manos, Mobley, Bone y Waczynski, lucieron los pívots. Una normalidad que le dio al Casademont para ganar, y bien, a un mal Unicaja, aunque la relajación final permitiera a los andaluces maquillar el resultado.

FICHA TÉCNICA

Casademont Zaragoza: Cook (3), Mobley (13), Yusta (8), Radoncic (2), Deon Thompson (16) -cinco inicial-, Bone (14), San Miguel (1), Vanwijn (7), Vilá, Waczynski (18) y Hlinason (11).

Unicaja: Alberto Díaz (13), Brizuela (24), Barreiro (17), Abromaitis (8), Guerrero (2) -cinco inicial-, Kravic (10), Alonso (1), Mooney (4), Nzosa, Suárez (2) y Bouteille (1).

Parciales: 26-21, 27-17,26-22, 14-22.

Árbitros: Óscar Perea, Arnau Padrós y Héctor Báez. Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 21 disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 5.932 espectadores. 

Así hemos narrado el partido en directo: