Un pasito hacia adelante y otro hacia atrás. Así va el Casademont Zaragoza por esta Liga Endesa y así es imposible avanzar. Cada vez que parece que sí, que el equipo mejora, que encuentra un camino, vuelve a ser que no, que no hay manera de superar a un rival más intenso, que no hay armas suficientes para competir. Volvió a suceder en Manresa, donde el equipo de Jaume Ponsarnau no tuvo opciones de victoria (94-73). El equipo sigue con sus ocho victorias, sin despegarse de la zona baja, sin saber si tirar para adelante o si probar con una nueva reconstrucción aprovechando el parón.

Casi nada funcionó en el Casademont. Desde luego nada en defensa, porque la anotación del Manresa dependió básicamente de su acierto. Y muy poco en ataque, donde el equipo de Ponsarnau no encontró las vías por las que superar a su rival. La receta del antídoto volví a ser la de siempre, intensidad, presión, tapar las líneas de pase. Y así el Casademont cortocircuita. En el Nou Congost no funcionó ni Waczynski, lo mejor de esta temporada. Bone sostuvo un poco a los suyos como escolta, desplazando a Mobley una vez más de la rotación. Hlinason mejoró bastante a un Thompson que volvió a demostra por qué casi siempre ha jugado de cuatro. Y cuando reapareció el castigado Mobley, anotó 17 puntos en el último cuarto. Ya era muy tarde, claro.

Esta vez no fue en el primer cuarto, sino en el segundo. Aunque el primero fue engañoso. El Casademont salió vivo del primer parcial (17-15) solo porque el ritmo anotador de esos diez minutos fue muy bajo, porque el Manresa exhibió unos bajos porcentajes de acierto. Pero la superioridad local ya fue manifiesta. Desde la primera acción se vio que la defensa del equipo de Pedro Martínez se le iba a atragantar a los aragoneses. Y la mayoría de acciones fueron similares, posesiones muy largas ante la falta de ideas y opciones, con los cinco jugadores por fuera, incapaces de superar la maraña defensiva. Apenas sin balones por dentro, con un acierto desastroso desde fuera, fue casi un milagro que el marcador estuviera tan parejo.

Los porcentajes

En cuanto apareció el acierto del Manresa, se acabó la ilusión. Y eso sucedió nada más comenzar el segundo cuarto con hasta cuatro triples consecutivos sin que los aragoneses fueran capaces de anotar. El equipo local consiguió estirar la ventaja hasta los 19 puntos de máxima mientras el Casademont no hallaba la manera ni de frenar a su oponente en defensa ni de encontrar el aro rival. Tampoco un quinteto solvente en la pista, por más que Jaume Ponsarnau cambiara y cambiara sus piezas. No funcionó mucho la pareja Cook-Bone, no acertó esta vez Waczynski, solo mejoró un poco el equipo aragonés con la salida de Hlinason, que se hizo con el aro visitante y obligó a los interiores locales a cargarse de faltas.

Pudo acercarse un poco el equipo aragonés al descanso (40-25), pero otra vez debía afrontar la segunda parte cuesta arriba, muy cuesta arriba. Una vez más. Y para un equipo con una mentalidad tan frágil, tan irregular, todo es más complicado todavía. Remontar un partido así implica salir con el cuchillo entre los dientes tras el descanso, a ver si cambia algo. Pero no sucedió nada de eso. El Manresa no se relajó en ningún momento, mantuvo su intensidad y continuó ampliando su ventaja, que llegó a ser de 28 puntos en la segunda parte (90-62).

Y eso que con un par de triples el Casademont había logrado recortar la diferencia a solo doce puntos (48-36), pero fue un espejismo. El Manresa mantuvo el tono y el orden. Tiene muy claro cómo debe hacer las cosas y las hace bien. En el Casademont casi nada funcionaba y para el que sí lo hacía, Bone, tuvo que dejar el partido antes de tiempo por descalificación. Ponsarnau había dado entrada a Font en el último cuarto, dejando a Mobley sin jugar en toda la segunda parte, pero la salida de Bone le devolvió a la pista y el escolta hizo 17 de los 23 puntos del equipo en ese parcial.

Todo era insuficiente y llegaba tarde, muy tarde. El partido ya era historia hacía rato y las caras del Casademont ya eran de derrota. Una vez más. Sin opciones, sin poder apenas competir. Sin partido desde la primera parte. Otro pasito para atrás después de haber dado uno para adelante. Así no se va a ninguna parte, es imposible avanzar. Ahora el Casademont tiene tres semanas por delante para intentar dar otro giro de tuerca a su temporada.

FICHA TÉCNICA:

Baxi Manresa: Dani Pérez (5), Thomasson (15), Vaulet (7), Moneke (13), Bako (7) –equipo inicial–, Dani García (5), Valtonen (9), Maye (12), Francisco (14), Rafa Martínez, Steinbergs (2) y Sima (5).

Casademont Zaragoza: Cook (4), Mobley (17), Yusta (5), Radoncic (2), Thompson (5) –equipo inicial–, Bone (16), Hlinason (13), San Miguel, Vanwijn (6), Font (2) y Waczynski (3).

Parciales: 17-15, 23-10, 26-25, 28-23.

Árbitros: Carlos Cortés, Alberto Sánchez Sixto y Carlos Merino. 

Eliminados: Jordan Bone con dos faltas antideportivas (min.32).

Incidencias: 4.094 espectadores. 

Así hemos narrado el partido en directo: