Si algo define al Casademont Zaragoza 2021-2022 es su irregularidad. Ese análisis es unánime también entre los tres expertos consultados para analizar la situación, Fernando Arcega, Joaquín Arnal y Manuel Peña. «La temporada está siendo un poco irregular. El equipo en casa está respondiendo, está fuerte, pero fuera perdemos muchísima personalidad. No sé por qué fuera se baja de nivel tanto», señala Arcega, que apunta a los numerosos cambios que sufren los equipos y a las diferencias entre quienes juegan varios partidos a la semana como algunas de las razones. «En lo referente al Casademont creo que quizá ha faltado acierto en ataque, porque está diseñado para ser un equipo ofensivo, y cuando no está tan acertado baja enteros», añade.

Arnal concreta un poco más y distingue entre los partidos con el viento a favor y con el viento en contra. «Siendo la plantilla inferior a las expectativas iniciales sí que esperaba algo más. Lo que más me ha sorprendido del equipo es la fragilidad para competir cuando las cosas se ponen feas. Excepto el partido de Murcia, que es el único que se ha ganado viniendo de abajo, remontando, se han ganado todos los que han ido de cara desde el primer cuarto», explica. A su juicio, es un problema de confección de plantilla.

«La posición de base es absolutamente vital. Tanto Cook como San Miguel son jugadores que, para manejar el ritmo de partido cuando las cosas van bien son francamente buenos, pero son jugadores a los que les cuesta remontar. A eso se suma la irregularidad de algunos jugadores, con Mobley como caso más flagrante», indica.

Para intentar solucionarlo, probaría otras cosas. «Haría varios cambios pero siempre digo que desde el sillón de tu casa y con dinero ajeno eres muy listo y muy generoso. Con la gente que hay, suponiendo que no hay para gastar más, sí haría coincidir en algún momento a Bone y Mobley en el mismo quinteto, probaría a hacer coincidir a Waczynski con Yusta y, en algún momento, hacer jugar a Thompson de cuatro», indica. Confía en la capacidad de Ponsarnau, aunque cree que debe reaccionar. «Me parece un entrenador formidable. Debe erigirse en un líder y hacer reaccionar a los suyos», asegura.

Para Fernando Arcega lo importante es el rendimiento de los que están, «Al Casademont le faltan un tirador como Causeur, un pívot como Tavares, otro pívot como Davis... Le falta mucho para ser un equipo muy potente. Creo que al final el nivel del equipo no es para estar en los primeros puestos pero también creo que es un nivel suficiente como para estar más arriba. Hay jugadores de mucha calidad pero la tienen que sacar», añade el exjugador, que no teme por la permanencia. «El objetivo que debería marcarse es recuperar una identidad. No creo que el equipo descienda, ni mucho menos», explica.

Manuel Peña, actual director técnico del Stadium Casablanca, considera fundamental trabajar la resiliencia. «Valdano dice que un equipo es un estado de ánimo y creo que se acerca mucho a lo que Jaume ha comentado alguna vez de que el baloncesto es inspiración. Y creo que el equipo debe encontrar ese ánimo de no bajar los brazos». Peña apunta un dato esclarecedor. «Fuera de casa en los últimos partidos el equipo está haciendo 0,7 puntos por posesión y en casa ha hecho 1,07. Son casi 0,4 más, que es muchísimo. Si el Casademont está jugando a unas 80 posesiones por partido, estamos hablando de 86 o de menos de 60 puntos. Llama muchísimo la atención», apunta.

Aunque considera que ha podido haber un problema de expectativas, Peña cree que el equipo tiene talento. «Un equipo sin talento no gana a Baskonia y a Murcia, por ejemplo, aunque es cierto que ha habido más sombras que luces». Los tres se declaran incapaces de vislumbrar qué puede hacer el equipo en esta recta final de temporada, aunque consideran clave los dos próximos partidos, frente a Gran Canaria y Tenerife.

«Las piezas que están ahora mismo son las que tienen que ver si es posible esa consistencia y esa regularidad o no. Si es posible tenerla en ese nivel de inspiración alto, están los que tienen que estar. Si eso no es posible y ese estado de ánimo es un estado de desánimo, francamente será el momento de buscar alguna solución», dice Peña. «Hay que sacar uno de los dos como sea. No me pondría objetivos más allá porque me parece que la plantilla no tiene la madurez suficiente para afrontar retos más allá del corto plazo», indica Arnal.