El Casademont Zaragoza compitió hasta el último segundo en La Fonteta, que no es poco viniendo de donde viene el equipo aragonés. El último lanzamiento de Bone, desde el centro de la pista, se estrelló en el hierro para certificar la sufrida victoria del Valencia (81-79) y una nueva derrota del conjunto aragonés, que mejoró su imagen, elevó su espíritu, pero se quedó a la orilla. Ni siquiera el mejor partido de Bone, con sus 27 puntos y echándose el equipo a la espalda, fue suficiente para superar a un Valencia entre cansado y fallón al que salvó Pradilla al final.

No era fácil la papeleta del Casademont Zaragoza ni de Aleix Durán, mano derecha de Ponsarnau e interino mientras llega Sakota, a la espera de los cambios que se vana producir esta semana. Durán salió con el mismo quinteto que su predecesor la pasada semana y el inicio fue el de casi siempre, con un Casademont muy errático en los lanzamientos, con demasiadas dificultades para generar juego y anotar puntos. La superioridad local en el rebote ofensivo (seis capturó en los primeros diez minutos) y las pérdidas del Casademont, unidas a sus bajos porcentajes de acierto, dieron la ventana nada más comenzar a los locales.

Conociendo a este Casademont, eso parecía suficiente. Porque este equipo ha demostrado hasta ahora ser demasiado frágil en cuanto va por detrás en el marcador, que diez puntos son un mundo y una distancia insalvable. Doce fue la máxima que tuvo el Valencia (29-17) a ritmo de Prepelic y con Pradilla produciendo desde el inicio. Sin embargo, ni los taronjas consiguieron romper entonces el partido ni el Casademont lograba acercarse. Para colmo de males, Waczynski cometía la tercera falta ya en el segundo cuarto. Desde que es titular ha perdido su fuerza. Entonces emergió Jordan Bone. Como escolta, por supuesto.

Sus puntos sirvieron primero para acercar al equipo y que se marchara al descanso con opciones (38-34) y su tercer triple nada más volver de los vestuarios empujó para que el Casademont volviera a poner las tablas en el marcador (41-41, min. 24). Había tiempo y partido por delante para que ocurriera cualquier cosa y el Casademont se metió de lleno en el partido. La anotación era, sobre todo, un duelo entre Prepelic y Bone. Por dentro, Pradilla y Tobey hacían de las suyas en el Valencia mientas Hlinason demostró una vez más que, si le llegan balones, algo sabe hacer con ellos. Acabó con 5/8 en tiros de dos.

El Casademont Zaragoza se agarró al partido con uñas y dientes, a pesar de sus dificultades para anotar cuando no estaba Bone, pese a los triples de Prepelic, aunque los locales se llevaron 17 rebotes ofensivos. El conjunto aragonés mostró al menos capacidad competitiva, lo que parece mucho viendo sus últimos partidos. Después falló en algunos detalles que le dejaron sin partido, como en algunos malos pases de Cook, que no termina de coger el ritmo que necesita el equipo. El final fue un carrusel de faltas que permitieron al Casademont pelear hasta el último instante y tener en sus manos una victoria inesperada. No fue posible y ahora llega el momento de la verdad. En el que ni el club, ni cuerpo técnico ni jugadores podrán fallar para salvar la temporada.

FICHA TÉCNICA:

Valencia Basket: Hermannsson (3), Puerto (4), López-Arostegui (10), Pradilla (14), Tobey (13) -cinco titular-, Prepelic (21), Ferrando (1), Dubljevic (4), Jiménez, Rivero (7) y Labeyrie (4).

Casademont Zaragoza: Cook, Bone (27), Waczynski (6), Thompson (2), Radoncic (6) –cinco titular–, San Miguel (5), Mobley (12), Yusta (8), Vanwijn (3), Font, Fernández, Hlnason (10).

Parciales: 19-11, 19-23, 25-23, 18-22.

Árbitros: Caballero, Sánchez Mohedas y García González. Sin eliminados.

Incidencias: 4.155 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por la muerte de Antonio Novoa, primer presidente de la ACB.