Dragan Sakota ya está al mando del Casademont Zaragoza. Ilusionado por entrenar en la ACB, agradecido por la oportunidad y convencido de su capacidad para hacer reaccionar al equipo y que mantenga la categoría. El serbio dirigió su primer entrenamiento en la pista y después comenzó su presentación dando las gracias "al club y al presidente por darme la posibilidad de estar aquí".

Consciente de la delicada situación del equipo, Sakota no llega con fórmulas mágicas sino con su experiencia acumulada y con la convicción de que debe explotar las virtudes de sus jugadores. "Tenemos que reaccionar para estar en una mejor situación en la Liga. No hay mucho tiempo ni muchos partidos, pero puedo aportar mi experiencia en este tipo de situaciones. Vengo a buscar la reacción del equipo", indicó.

El nuevo entrenador del Casademont no quiso ponerse un plazo para notar la mejoría del equipo. "No me gusta hablar de tiempo. Cuando he llegado a mitad de temporada a equipos con dificultades se trata de entender quiénes y cuánto pueden ayudar al equipo para explotar sus virtudes, darles el rol que necesitan y ver si hace falta algún cambio. En unos pocos partidos espero ver algo diferente", señaló.

Sakota no ha dejado de ver baloncesto estos dos últimos años que ha estado sin equipo, aunque sobre todo partidos de Euroliga, y conoce sobre todo a los jugadores más veteranos, Cook y San Miguel. Pero sí ha detectado ya algunos de los problemas del equipo. "Algunos partidos, no el último, el equipo se ha rendido cuando va diez puntos abajo, no ha luchado por cada punto hasta el final. Además ha cometido muchas pérdidas y eso no te permite competir", valoró.

El técnico aseguró haber entrado con prudencia en el equipo. "Soy muy cuidadoso al principio, no suelo dar grandes discursos. Hemos tenido un día libre después del partido de Valencia que he aprovechado para tener más información del equipo. Ahora es muy importante que nos entendamos, ellos a mí y yo a ellos", dijo Sakota, destacando el papel de la afición. "Tienen que entender que nada pasa en dos días. Sé que Zaragoza tiene mucha tradición y recuerdo que venían 10.000 personas cuando el equipo estaba en LEB. Esa energía es muy importante. Será difícil pero los jugadores también deben luchar hasta el final, así el apoyo será más fácil".

Sakota también ha analizado a Sean Kilpatrick, cuya llegada a Zaragoza está prevista a lo largo de este martes. "Le he visto en el Panathinaikos, en Turquía, Gran Canaria, no tanto en Israel. Creo que puede ser muy útil al equipo y es diferente a lo que tenemos. Puede asumir la responsabilidad en momentos difíciles. Espero que esté en forma para ayudar al equipo".

El siguiente partido será vital para el Casademont, puesto que juega este sábado en la pista de un rival directo como es el Burgos. "Cada partido es importante. Hay tiempo limitado para hacer el trabajo así que intentaré influir lo antes y lo más posible en el equipo. El equipo ya cambió de actitud en el último partido y espero que lo dé todo", aseguró.

Su filosofía es adaptarse. Por sus palabras, no parece que vaya a imponer un estilo de juego sino que intentará buscar la mejor manera de aprovechar lo que tiene. "Baloncesto es baloncesto. He estado en muchas Ligas y en equipos de diferentes niveles. Tenemos que hacer en función de nuestra capacidad. A todo el mundo le gusta correr y anotar fácil pero, cuando no se puede, hay que jugar inteligente. Saber parar al rival en defensa y, en ataque, tener buenas opciones, tomar buenas decisiones y no cometer muchas pérdidas. Es lo que he hecho hasta ahora y espero hacerlo aquí también".