Las últimas palabras de Jaume Ponsarnau retumban más fuerte que nunca: «El Casademont es un firme candidato al descenso». Más aún después de cambiar al entrenador y a uno de los extranjeros para hacer lo mismo de siempre, perder desde el primer cuarto, tener demasiados problemas para anotar, no ganar el rebote, perder y perder balones y llevarse otra tunda del San Pablo Burgos (78-56). El Casademont Zaragoza ya es penúltimo de la Liga Endesa.

Hay pocas cosas seguras en la vida pero quizá una de las más impepinables es que, haciendo siempre lo mismo, es imposible obtener resultados diferentes. Así que con el mismo quinteto inicial de Ponsarnau ante Tenerife y de Durán en Valencia, la puesta en escena del Casademont de Sakota fue la misma que con su predecesor. Verdaderamente no se vio nada distinto con respecto a jornadas pasadas, ni al principio ni al final. Porque Bone siguió jugando de escolta, porque el agujero por dentro sigue siendo el mismo, porque Kilpatrick está fuera de forma y no pareció ser la solución. Ni siquiera dio la impresión de que pudiera hacer más que Mobley, que ya se quedó fuera por el tema de fichas.

Así que todo fue el desastre de siempre, con el agravante de que esta vez se produjo frente a un rival directo (que le ha superado por 43 puntos entre la ida y la vuelta) y de que cada vez queda menos tiempo. El Casademont fue superado en todas las facetas, en velocidad, en intensidad defensiva, en el rebote, defensivo y ofensivo, en acierto... Sin que en ningún momento pareciera que el conjunto aragonés pudiera encontrar un punto desde el que apoyarse y cambiar su propia suerte. 

Todo fue mal desde el principio, desde un inicio con un goteo de puntos, con el mismo ataque de siempre, y sin intensidad defensiva. El Burgos anotaba y anotaba –sobre todo un Eddie espectacular, que hizo más puntos que todo el equipo aragonés junto– sin que el Casademont gastara ni faltas. Total, tanto cambio para lo mismo de siempre: 15 abajo en el primer cuarto y a remar contracorriente (28-13).

El segundo cuarto fue mejor para los aragoneses porque fue peor para los locales. Eddie dejó de anotar y el Burgos se quedó sin puntos, pero la producción del Casademont fue demasiado escasa como para darle la vuelta al marcador. Todo lo más que pudo hacer fue acercarse y reducir la sangría, que no era poco, pero parecía insuficiente. En el peor momento de su rival, el Casademont siguió atascado y solo pudo recortar siete puntos (38-30).

La segunda parte comenzó con un espejismo. Un parcial de 0-7 que podía haber metido al Casademont en el partido pero no lo hizo, solo fue el principio del fin. El equipo aragonés seguía teniendo enormes dificultades para anotar, porque ni genera situaciones claras ni encuentra después el acierto suficiente cuando las tiene. Además, los pívots fueron acumulando faltas, lo que mermó todavía más una posición ya mermada de por sí. Las pérdidas siguieron acumulándose, el Burgos encontró a qué agarrarse, primero fue Eddie, al final Benite, y la diferencia fue creciendo y creciendo.

Hasta los 22 puntos finales que evidencian la gravedad de la situación del Casademont Zaragoza. Penúltimo en la clasificación y con unos cambios que no solo no han cambiado nada sino que han supuesto más de lo mismo. Queda tiempo pero cada vez menos y el color del enfermo no mejora. El Casademont Zaragoza es hoy un firme candidato al descenso.

FICHA TÉCNICA:

Hereda San Pablo Burgos: Díez (10), Philiph (2), Eddie (19), Renfroe (6), Nnoko (12) – cinco inicial–, Queeley (0), Kullamae (3), Salash, Benite (16), Rabaseda, García (4), Gamble (6).

Casademont Zaragoza: Bone (5), Radoncic (4), Cook (3), Thompson (9), Waczynski (7) –cinco inicial–, San Miguel (3), Kilpatrick (4), Yusta (11), Vanwijn (7), Mara, Font y Hlinason (3).

Parciales: 28-13, 10-17, 18-10, 22-16.

Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Arnau Padrós, Iyán González. Eliminado por cinco faltas personales Deon Thompson

Incidencias: Partido celebrado en el Coliseum Burgos ante 9.006 espectadores. 

Así hemos narrado el partido en directo: