El Periódico de Aragón

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CASADEMONT ZARAGOZA

Un gran problema de altura

El Casademont Zaragoza tiene grandes deficiencias por dentro al haber apostado de nuevo por un pívot pequeño y contar con ala-pívots que no abren el campo tirando de tres

Thompson pelea por un rebote con Wiltjer en el partido contra el Tenerife.

Los problemas del Casademont Zaragoza esta temporada son múltiples pero especialmente graves en las dos posiciones clave de cualquier equipo. Si por fuera cuenta con los bases que menos suman de la competición, por dentro tiene unos pívots que no marcan diferencias ni anotando, ni defendiendo. Los jugadores rivales que más daño le hacen son habitualmente los grandes. Es una cuestión de tamaño (únicamente el Betis tiene un cinco con menos centímetros) pero no solo porque los cuatros apenas tiran de tres.

En la misma línea que al final de la temporada pasada, la entidad volvió a apostar por un pívot pequeño como complemento a Hlinason. El islandés, con 2,15 de altura, está entre las torres de la ACB solo superado por Pasecniks (2,16), Tomic, Shermadini (2,17) y Tavares (2,20). Llegó Jamel McLean, 2,03, pero no cuajó y en 6 partidos hizo 9 puntos y 4 rebotes para 9,8 de valoración. Una lesión acabó propiciando el cambio por Deon Thompson, de 2,04. Ahora mismo solo el Betis con Jacob Wiley (2,03) tiene un cinco con menos altura.

Thompson se ha desempeñado casi toda su carrera como un cuatro y sus características le hacen sufrir en el cinco. Aunque sus números no son tan malos, es el cuarto jugador del equipo en anotación y valoración y segundo en rebotes, muchos de sus puntos llegan desde la media distancia porque le cuesta mucho más anotar contra jugadores más grandes. Mientras, Hlinason no termina de explotar, dejando siempre la sensación de que puede ser un jugador más aprovechable.

En el cuatro tampoco tiene una solución el conjunto aragonés. Radoncic y Vanwijn son de los que menos tiran de tres en su posición (no llega a una vez por partido de media el montenegrino, 0,6, y poco más, 1,6, el belga), lo que impide al equipo abrir el campo y colapsa todavía más el interior, permitiendo ayudas más fáciles de los cuatros rivales. Además, ninguno de los dos es especialmente resolutivo o contundente cerca del aro, si bien Radoncic es de los que mejor porcentaje de dos tiene (57%).

No es solo una cuestión de escasa producción ofensiva, también de dificultades para frenar a rivales más altos. Los jugadores que más daño hacen al Casademont son los pívots. Se lo hizo Shermadini, que logró 22 puntos, 10 rebotes y 36 de valoración. Ante Tomic, al que se enfrentarán este sábado, sumó en la ida 24 puntos y 30 de valoración, Poirier sumó 19 puntos y 29 de valoración, Shurna 24 puntos y 26 de valoración, Brown 23 puntos y 30 créditos, Cheatham 16 y 25, Dubljevic 19 y 24, respectivamente. De los 10 jugadores que han hecho mejores números contra el Casademont, siete han sido pívots. Por ahí tiene otro gran problema el conjunto aragonés, que debe encontrar soluciones cuanto antes. 

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