Victoria. No fue un gran partido del Casademont en líneas generales, pero victoria (82-85). La tercera seguida. Un triunfo que da a los aragoneses media salvación. Quién le iba a decir hace tan solo tres semanas al equipo de Dragan Sakota que estaría en esta situación. Pero así es el deporte. Un juego de rachas y dinámicas. Porque el partido en Lugo ante un correoso Breogán, a pesar de sus sensibles bajas, si se llega a jugar hace un mes se pierde nueve de diez veces que se juegue. Pero este Casademont ha ganado en confianza, y por qué no decirlo, en talento individual con la llegada de los últimos refuerzos. El triple fue la salvación para los aragoneses, que compensaron con el acierto en la larga distancia, 13 de 30 (43%), la batalla perdida en el rebote. 

Comenzaron los dos equipos bastante espesos e imprecisos. El Breogán intentó compensar las bajas de sus dos mejores jugadores, Musa y Bell-Haynes, con una dosis extra de intensidad. Hlinason y Mekowulu, que salió bastante enchufado, se colocaron muy pronto con dos faltas, cada uno, y ahí comenzaron los problemas para el Casademont. Mahalbasic hacía mucho daño por dentro, pero los zaragozanos aguantaron el tipo y consiguieron irse por delante al final del primer cuarto con un triple de Waczynski.

Ferrari saltó a jugar sus primeros minutos en el choque con la confanza de saberse el líder del equipo, aunque no comenzó fino. Lo mismo que Kilpatrick, que cuando parecía que seguía sin encontrarse, estalló. Con dos triples consecutivos mandó un mensaje de que le ha costado, pero que ya está aquí. Y en el encuentro de ayer lo hizo para quedarse. Mientras tanto el partido seguía sin mucha fluidez por parte de ambos conjuntos, que sumaban más fallos que aciertos. Eso sí, los aciertos del Casademont valían más, porque la mayoría de sus tiros eran desde la línea de tres. Con dos aciertos más, de Cook y Ferrari, desde la línea de 6.25 los zaragozanos se mantenían vivos en un espeso encuentro cuando se llegó al descanso (36-35). 

A la vuelta de vestuarios, el que también tuvo su momento triplista fue Jordan Bone, que compensaba la sangría que entre Lukovic y Kalinoski infringían a los aragoneses, con un Sakho imperial bajo el aro, que se hartó de sumar rebotes ofensivos en ese tramo. Tres tiros libres para Kilpatrick dieron aire al Casademont y volvieron a enchufar al escolta, que cerró con un triple el tercer cuarto (56-57) donde seguía reinando la máxima igualdad. Sin encontrar un juego fluido, seguía siendo momento para las individualidades. Y le llegó el turno a Waczynski, que anotó los siete primeros puntos del Casademont en el último cuarto. Fue el momento en el que parecía que se había dado el estirón definitivo, pero nada más lejos de la realidad. El encuentro, en el que mejoró sensiblemente el acierto en los segundos 20 minutos, se convirtió en un toma y daca constante en el que Kilpatrick siguió anotando y Ferrari mandaba sobre la cancha. Los zaragozanos vencían por siete cuando quedaban dos minutos, pero aún había tiempo para sufrir un poquito más. Dos triples consecutivos del Breogán metieron el susto en el cuerpo, pero un buen Radoncic y un superlativo Waczynski, con un canastón decisivo incluido, en los instantes finales dieron la tercera victoria consecutiva a un equipo al que todo lo que le faltó de fluidez y de juego en equipo se lo dieron el acierto desde lejos y las individualidades en un choque que otorga media salvación a un Casademont, que por suerte, ha despertado a tiempo.

Ficha técnica

Río Breogán 82: Ubal (2), E. Quintela (8), Kalinoski (14), Lukovic (21), Sakho (12); Mahalbasic (14), Kacinas (-), S. Quintela (4), Cruz (7).

Casademont Zaragoza 85: San Miguel (3), Bone (8), Yusta (2), Radoncic (10), Hlinason (3); Thompson(4), Mekowulu (7), Cook (3), Waczynski (14), Kilpatrick (23), Ferrari(8).

Parciales: 14-15, 22-20, 20-22 y 26-28.

Árbitros: Benjamín Jiménez, Luis Miguel Castillo y Alberto Baena. Sin eliminados.

Incidencias: encuentro correspondiente a la jornada 30 de la Liga Endesa disputado en el Pazo Provincial de los Deportes de Lugo ante 4.580 espectadores.