El Casademont Zaragoza se la jugaba ante el Morabanc Andorra en el marcado como el Día D. O victoria y salvación matemática o posibilidad más que real de descenso. Después de un partido agónico en el que no importaba más que ganar, sin contar el cómo, al final se terminó perdiendo tras dos prórrogas. El equipo aragonés se queda al borde del abismo y con la sensación de que, en un momento tan caliente y complicado, no hay liderazgo alguno.