Javier Justiz lo deja. Algo más de dos años después de la operación de rodilla a la que tuvo que someterse, su rodilla no ha respondido ni va a responder para que el cubano pueda dedicarse al baloncesto profesional, así que el pívot del Casademont Zaragoza se retira definitivamente a los 29 años. "Para mi carrera profesional es un punto y final. No para el baloncesto, pero sí como jugador. Ha sido una decisión no tan difícil porque los médicos ya me han dicho que la rodilla no iba a avanzar. Fue una decisión más de la rodilla que mía. Se invirtieron muchas horas y al final la rodilla no avanzó", explica el jugador en un vídeo ofrecido por el club, su forma elegida para despedirse.

Justiz llegó al Casademont Zaragoza en 2018 y ha disputado un total de 83 partidos oficiales con el equipo aragonés. Su calvario con la rodilla comenzó en la temporada 2019-20, en la que jugó con molestias hasta que no aguantó más y acabó operándose en febrero de 2020. Los médicos se sorprendieron de que hubiera podido jugar con su rodilla en ese estado. La determinación del cubano siempre fue volver a jugar y hacerlo al mejor nivel posible. Lo ha intentado desde entonces, perdiendo peso, renunciando a viajar a Cuba para ver a su familia, trabajando en busca de una solución.

Volvió a jugar en diciembre de ese mismo 2020 en un partido de la Champions, pero sufrió una sobrecarga en su rodilla y tuvo que volver a parar. El pasado verano la intención del club era que jugara cedido en el Levitec Huesca de LEB Oro para que fuera recuperando sensaciones poco a poco, pero su rodilla no le dejó. Ha seguido trabajando todo este tiempo, aunque los médicos le habían advertido, y en este mes de junio ha decidido no seguir intentándolo más sin obtener ningún avance ni recompensa.

Justiz piensa seguir en Zaragoza, “vinculado al club; haré cursos de entrenador para superarme un poco más”, anuncia. En su despedida quiso agradecer al club su trato dispensado todos estos años. El Casademont renovó su contrato en 2020, condicionado a su situación, como muestra de su confianza en él. Por eso ahora el cubano se acuerda "del presidente Reynaldo Benito y de la directiva porque me dieron la oportunidad de estar un año más para ver si podía ser el Justiz de hace dos años. Me hubiese gustado volver a serlo. El año pasado lo intentamos y llegué. Volvimos a trabajar pero la rodilla no quiso responder".

Tampoco puede faltar el recuerdo para “mis compañeros de estas temporadas. Rodrigo me ha apoyado muchísimo, Nicolás (Brussino) siempre trataba de levantarme… fueron un grupo que hicieron sentirme familia”, ni para la afición, “quien también se preocupó por mí, me apoyaba en la calle, en redes sociales”. Y mucho menos para quienes han estado buscando el milagro junto a él. “Los médicos, Julián, Isaac, Juan Carlos, Javi. Fueron los que más horas estuvieron junto a mí. También fue difícil para ellos porque tuve altibajos mentalmente y había días que había que soportarme”, explica.

Justiz se emociona hablando de su familia. “Hace tres años que no la veo. Cambié dos veranos de no ir a mi casa por tratar de alargar mi carrera, echo mucho de menos a mi madre y mi madre a mí”, asegura antes de recordar el proceso más doloroso de todo este tiempo. “Tuve la pérdida de mi padre, no pude ir a despedirlo a cambio de dar un plus en el deporte y no me arrepiento pero siento a veces que cambié algo y al final… Lo entenderá donde esté”.