La sonrisa del primer día

El islandés fue el mejor (13 puntos y 11 rebotes para 28 de valoración), Aday Mara también brilló aunque la grada se quedó con ganas de verlo más (apenas jugó cuatro minutos), Mekowulu se quedó fuera por precaución por un pequeño problema sin importancia en el tobillo y el único que no saltó a la pista fue Javi García. El zaragozano se quedó en la zona de cambio a la espera de una entrada en los últimos segundos que no se produjo. Martin Schiller mostró algunas de las credenciales que quiere para su equipo, defensa y velocidad, pero pudo gestionar mejor la presencia de los más jóvenes en un día festivo como ayer.

La presentación fue sencilla, clásica. No hace falta mucho más. Con luces y niebla como efectos especiales, se proyectó un vídeo del 20 aniversario y se presentó a los jugadores y técnicos, empezando por los canteranos que han sumado este verano. Muchas novedades y muchos aplausos para todos en su primera comparecencia ante la afición. También fue novedad el rival, que no fue el Asvel Villeurbane como estaba previsto sino el Fuenlabrada. El motivo, la huelga de controladores aéreos que se vive en Francia y que impidió volar al equipo propiedad de Tony Parker.

Enfrente no había un equipo de Euroliga, pero de lo que se trataba era de ver al nuevo Casademont y lo que Martin Schiller está preparando con su renovada plantilla. La cosa no pudo empezar mejor para los aragoneses, con un 10-0 que obligó al Fuenlabrada a pararlo cuando se habían disputado poco más de dos minutos. Con esa tempranera ventaja, el Casademont pudo estar tranquilo y remar con el viento a favor. El brillo estuvo por dentro, primero en un Hlinason dominante y después en un Aday Mara que hizo cinco puntos, cogió tres rebotes, provocó una falta y dejó patente que nada le viene grande.

El equipo aragonés tuvo poco acierto exterior, pero mantuvo su ventaja defendiendo bien –Schiller pedía a sus jugadores correr hacia atrás a cada pérdida–, dejando al Fuenlabrada en muy pocos puntos al principio, y aprovechando las contras. Pese a las imprecisiones y errores propios de dos equipos que todavía están en construcción, el colectivo se impuso a las individualidades y el equipo llegó con ventaja al descanso (37-29).

El segundo tiempo

Tras el intermedio el ritmo anotador del Casademont fue decreciendo paulatinamente. El equipo aragonés solo encontraba con solvencia a Hlinason por dentro, mientras que por fuera nadie terminaba de abrir la lata. El Fuenlabrada fue aprovechando para recortar hasta darle la vuelta al marcador (47-49). El Casademont estaba atascadísimo y bastó una chispa, una acción de Radoncic por línea de fondo, un triple liberador de Lomazs y un mate de Ponitka reavivaron a un Casademont que volvió a tomar las riendas de la situación.

El paso de los minutos acrecentó las imprecisiones, el desacierto, las pérdidas y, en consecuencia, convirtió el duelo en un correcalles en algunas fases. El Casademont encontró el acierto de Simanic y de un Jessup que no cejó en el intento pese a no tener su tarde más brillante. En ese intercambio salió ganador el equipo de Martin Schiller, que supo mantener su ventaja hasta el final y presentarse ante 6.500 aficionados con una sonrisa.