CASADEMONT ZARAGOZA

Alerta roja

La plantilla deja dudas, el perímetro está desequilibrado, los interiores no arrancan, el entrenador no encuentra el camino y el equipo no compite

Martin Schiller, durante el partido ante el Gran Canaria.

Martin Schiller, durante el partido ante el Gran Canaria. / ACB PHOTO

Zaragoza

Tres jornadas han bastado para que se encienda la alerta roja en el Casademont Zaragoza. Tres partidos en los que el equipo aragonés no ha dejado claro a qué quiere jugar, ha exhibido unos porcentajes de acierto demasiado bajos y, lo peor de todo, ha estado lejísimos de plantar batalla y tener opciones de disputar ninguno de los tres. Llueve sobre mojado en Zaragoza después de dos temporadas nefastas aunque las sensaciones de la actual son aún peores que en las anteriores.

Los problemas se acumulan y parecen peores cada semana que pasan sin solución. La plantilla deja sus dudas con un perímetro desequilibrado por el uso que se hace de él y un juego interior que ahora mismo es un drama. Y el entrenador ni ha conseguido armar un bloque, ni tiene los roles claros ni el camino a seguir. En Gran Canaria se le vio ya más nervioso y activo en la banda. Sin olvidar la parte de responsabilidad individual de cada jugador en su rendimiento. El resultado es un inicio de temporada más que preocupante. Ahora mismo el Casademont Zaragoza no es un equipo.

Toni Muedra y Martin Schiller armaron en verano una plantilla de doce fichas de las que dos no cuentan, Javi García y Maodo Nguirane. Nada extraño en un equipo con una sola competición, aunque sí es llamativo que el club haya repetido el error con su base de la cantera. De los otros diez todavía no está claro quién es titular y quién suplente, aunque Howard Sant-Roos destaca por encima de todos por calidad, versatilidad y rendimiento. De momento, lejos de ser una ventaja se está convirtiendo en problema porque está actuando de base por delante de los tres bases y eso contribuye a la confusión del equipo.

Si Sant-Roos ha de ser el base, entonces sobra uno, o dos, de los unos de la plantilla y falta otro escolta o alero anotador. En cualquier caso, necesita más puntos el Casademont por fuera y eso pasa no solo por un mejor acierto de sus tiradores sino, sobre todo, por generar mejores tiros para ellos. El Casademont quiere jugar a tirar de tres, opción tan válida como cualquier otra, pero rara vez hay un tirador solo en una esquina esperando el pase extra. Lo que ya hicieron en el Príncipe Felipe Abós con Rudez o Fisac con Okoye.

Para conseguirlo es importante también equilibrar el juego con un buen uso de los pívots. Cosa que, de momento, no está consiguiendo Martin Schiller. Los cuatros no abren el campo –tampoco es la especialidad de Radoncic– y Simanic está ofreciendo una versión muy lejos de la esperada. Radoncic solo tiró una vez en las islas, mientras que Simanic lo hizo en cinco ocasiones con un solo fallo. Ahí emerge otro problema cuando Schiller opta por Yusta para hacer el cuatro ante el rendimiento que le ofrecen sus jugadores específicos.

Por dentro, Mekowulu asoma como titularísimo y no se le puede negar su entrega y su trabajo en el rebote, pero sus errores en los lanzamientos –los tiros libres son un dolor– le lastran para ser la referencia que necesita el equipo. Mientras, Hlinason sigue desaparecido y no parece que Schiller sepa cómo utilizarlo o aprovechar su potencial. Ante el Gran Canaria, lastrado por faltas absurdas, estuvo en pista siete minutos y medio en los que no le llegó un solo balón ni cogió un rebote. Números que ni el jugador ni el Casademont se pueden permitir. Mekowulu tuvo dos balones, otra cifra paupérrima que explica buena parte de los problemas del equipo para encontrar ese equilibrio exterior-interior con el que poder liberar lanzamientos.

Y al final de todo aparece el entrenador, responsable del rendimiento colectivo, de que no se vean automatismos, de que la defensa no esté siendo el pilar de nada, de la manera de rotar a los jugadores. De momento, la competición está pasando por encima del Casademont Zaragoza y Martin Schiller no está encontrando respuestas. Queda mucha Liga por delante, pero la reacción y el cambio has de ser urgentes porque el equipo ya está en alerta roja.

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