Casademont femenino

El Casademont Zaragoza protagoniza un festival de triples para superar con comodidad al Jairis (83-68)

Imani Tate y Helena Oma lideran un triunfo sin Leo Fiebich, que garantiza la cuarta plaza y que recupera las buenas sensaciones pensando ya en la Copa

Gatling y Mariona pelean por un rebote en el duelo ante el Jairis

Gatling y Mariona pelean por un rebote en el duelo ante el Jairis / CASADEMONT ZARAGOZA

Arturo Pola

Arturo Pola

Venía el Casademont Zaragoza femenino de varios partidos bastante atascado en ataque y con escasísimo acierto en el tiro exterior. Además, su gran anotadora, la alemana Leo Fiebich, era baja para el partido ante el Jairis por una infección renal. Todo hacía presagiar un encuentro muy peleado y con pocos puntos. Pues todo lo contrario. Las aragonesas, lideradas por Imani Tate y Helena Oma, protagonizaron un festival de triples (un total de 11 y con un espléndido 50% de acierto) que les permitió superar con comodidad a las murcianas (83-68) ante el júbilo de los 3373 espectadores que se dieron cita en el Príncipe Felipe.

Comenzó muy frío el partido, más para los intereses del Casademont. Tres perdidas casi consecutivas de Mariona, Vega y Oma propiciaron un 0-5 de salida para las visitantes. No encontraba la manera de anotar el conjunto aragonés y Cantero tuvo que parar el partido con 2-9. “!Estamos blandas!", protestaba el técnico en el tiempo muerto.

La arenga del madrileño surtió rápidamente efecto y un triple de Imani Tate fue el preludio de lo que estaba por venir. Las dos rápidas faltas de Gatling hicieron que Serena Geldof saltara a la cancha y la belga cuajó buenos minutos. Su acierto por dentro acercó a las aragonesas y dos triples más de Tate (3/3 en el primer cuarto para ella) y uno más de Helena Oma hicieron superar al Casademont el delicado momento y se llegó al final del primer cuarto con empate a 18.

Igual que como terminó, con un triple de Oma, comenzó el segundo parcial y otro acierto desde la larga distancia, esta vez de Mariona, daba las primeras ventajas a las de Cantero, acertadísimas por fin desde lejos. Hasta el 31-23 llegó la ventaja de las aragonesas pero el Jairis consiguió reengancharse al partido gracias a las buenas acciones de Higgs y Castell.

La peor noticia llegó cuando Lara González sintió un pinchazo en su rodilla y automáticamente cayó al suelo y comenzó a llorar en una desgarradora imagen. El Príncipe Felipe se encogió en ese momento y solo pudo aplaudir a su jugadora mientras salía de la pista sin poder andar por sí misma. Pero el partido tenía que continuar y las canastas de de vega Gimeno, Mariona y Serena Geldof ponían al Casademont con los seis puntos de ventaja con los que llegó al descanso(37-31).

La reanudación

El encuentro se reanudó con un intercambio de canastas que se rompió cuando el Jairis comenzó a dejar de producir y el Casademont lo siguió haciendo siempre con Tate y Oma como referentes. La ventaja bordeaba los diez puntos cuando las visitantes tuvieron tres tiros libres, pero no pudieron aprovechar ninguno y en cambio vieron como Gatling comenzaba a hacerles daño por dentro. Carmen Grande y Vega Gimeno se sumaron entonces al festival desde el triple y puso la máxima ventaja en 14 puntos. Un buen arreón del Jairis, con una Higgs incansable, provocó que la renta disminuyera hasta el 60-51 con el que acabó el tercer cuarto (60-51).

Parecía que todavía había partido en el Príncipe Felipe, pero fue un espejismo. Otro triple de Carmen Grande abría unos minutos frenéticos para las de Cantero, que pudieron correr como les gusta y practicar ese baloncesto tan coral que parecía que se les había olvidado. En la otra canasta, el Jairis no encontraba la manera de igualar el ritmo anotador de las aragonesas y amagaba con tirar la toalla. La renta subió hasta los 19 puntos y, ya con el ganador decido, la intensidad bajó en los últimos minutos hasta que se acabó el tiempo.

El Casademont Zaragoza se apuntó una victoria (83-68) que le asegura prácticamente el cuarto puesto en la tabla y con la que recupera sensaciones y acierto de cara a la Copa del Rey en la que será el anfitrión en poco más de diez días. Además, a falta de realizarle pruebas, la lesión de Lara González, que vio la segunda parte en el banquillo, parece menos grave de lo que se preveía y no está descartada para la cita.