La batalla de Dunkerque

Sin tiempo casi para saborear el espectacular triunfo frente al Barça, el Casademont Zaragoza afronta su primer desplazamiento de la segunda fase de la FIBA Europe Cup al norte de Francia, a la ciudad costera de Dunkerque. Allí le espera el Gravelines este miércoles desde las 20.00 horas en un duelo que decidirá quién lidera el grupo M, ya que ambos llegan con una victoria de la primera jornada.

El conjunto aragonés afronta el partido de nuevo con dos bajas importantes, las de los lesionados Sulejmanovic y Yusta, lo que obligará a viajar al canterano Rubén Valero para poder completar los cupos necesarios, que son cinco en esta competición, porque el interior cuenta como jugador de formación local en este torneo. Además, lo afronta también sin tener todavía el sustituto de Andrea Cinciarini, desvinculado del club la semana pasada.

En cualquier caso, en esas condiciones fue capaz de tumbar nada más y nada menos que al Barça, demostrando así que puede ser un equipo competitivo, y así deberá también plantarle cara a un rival que comenzó mal la temporada pero que con los cambios de entrenador y jugadores parece estar recuperando el pulso.

Un mal inicio

El Gravelines se clasificó en la primera fase del torneo como uno de los mejores segundos al ganar dos partidos y perder otros dos y ha comenzado la segunda fase con un importante triunfo en la pista del Manisa turco (67-68) en el que supuso su primer éxito fuera de casa en Europa. Sus dos primeras victorias europeas fueron en el pabellón Sportica.

Su inicio en la Liga francesa fue mucho peor, con diez derrotas en las diez primeras jornadas. Después de las seis primeras el club despidió al entrenador Laurent Legname y poco después contrató a Jean Christophe Prat, ayudante del ASVEL. Ahora acumula cuatro triunfos en las últimas cinco jornadas, tres de ellos en casa, con los que empieza a ver la luz al final del túnel.

Además del técnico cambió también a un par de jugadores con las llegadas de Michael Stockton, hijo del mítico John Stockton, y Chris Babb y las salidas del ex del Casademont Hans Vanwijn (que pidió marcharse por motivos personales) y, más recientemente, Loren Jackson. En sus filas hay otro viejo conocido de la afición aragonesa, Johnny Berhanemeskel, que podría reaparecer hoy tras sufrir una lesión.

Un buen fichaje

El recién llegado Babb es uno de los jugadores más peligrosos del Gravelines, que se destapó con 22 puntos en la victoria en Turquía de la semana pasada. Por su parte, Stockton promedia 9 puntos, 5 rebotes y 3,8 asistencias para 12,5 de valoración. Fue reclutado tras el desastroso inicio del equipo para que «capitaneara la nave camino de la salvación», según explicó el propio club.

Porfirio Fisac avisó en la previa de que el Gravelines es un equipo muy físico, por lo que ha pedido a sus jugadores que estén preparados para un partido intenso y un elevado ritmo de juego al que el Casademont llegará tras el derroche de energía frente al Barça y con un viaje de por medio. El reparto de esfuerzos puede ser otra de las claves del choque.

Para el conjunto aragonés es otro partido importante porque en caso de victoria se acercaría a su objetivo de pasar a la siguiente fase del torneo, que ya serán eliminatorias de cuartos de final y en las que se tienen en cuenta el número de triunfos para asignar el factor cancha. Cobra mayor importancia porque el calendario depara ahora tres salidas seguidas al Casademont Zaragoza, puesto que después, ya en enero, tendrá que viajar a Turquía para cerrar la primera vuelta y comenzará la segunda a finales de mes en la casa del Nymburk. Para no dejarse todos los deberes para las últimas jornadas en casa es fundamental sumar fuera.