La crónica del Joventut-Casademont Zaragoza: esfuerzo sin premio final (95-84)

No siempre querer es poder. No siempre basta con intentarlo hasta el final, ni con tener a un Bell-Haynes desatado capaz de jugar 35 minutos (19.35 en la segunda parte) y anotar 25 puntos, ni con tener un más que aceptable acierto de tres con ocho triples en el segundo tiempo, seis en el último cuarto. No fue posible para el Casademont Zaragoza en su visita al Joventut de Badalona (95-86). El conjunto aragonés no pudo sobreponerse a un mal inicio, a los más de diez puntos de desventaja que acumuló en los primeros quince minutos, a pesar de que después fue mejor que su rival en varios tramos y acabó cediendo ante un rival directo que ahora le supera en la clasificación.

Este Casademont tiene ahora mismo muy pocos clavos a los que agarrarse. Bell-Haynes es el más evidente, pero un solo jugador no puede hacerlo todo (aunque el canadiense parece capaz muchas veces), igual que no basta solo con Watt por dentro y unos buenos minutos de Sulejmanovic. El equipo necesita más recursos y alternativas para no verse menguado antes de empezar ni asfixiado cuando llega el momento de la verdad. Necesita refuerzos. Y no regalar más de la cuenta, como en la primera parte en el Olímpico.

Porque el Joventut marcó el ritmo desde el principio y al Casademont le costó mucho encontrarse cómodo. Los dos triples iniciales de Yusta fueron un espejismo porque al conjunto aragonés le faltó fluidez en ataque ante un Joventut mucho más intenso que dominaba el partido y el marcador a la carrera. El conjunto aragonés sufría en cada transición defensiva y, sin acierto exterior, se quedó prácticamente sin nada a pesar de que, cuando buscó a Watt, lo encontró. Pero las dos faltas del estadounidense en el primer cuarto condicionaron las rotaciones interiores de Fisac y el plan b, con Gielo y Mencía, no conseguía producir. 

Superado

El Casademont cerró el primer parcial en desventaja (24-17) pero fue peor el inicio del segundo, en el que la Penya jugó a placer frente un Casademont grogui por momentos, incapaz de reaccionar a la velocidad de Feliz, la potencia de Evans o el acierto de Brodziansky. Fisac dio entrada a Langarita y hasta a Traoré, pero el Casademont no reaccionaba en ninguno de los dos lados de la cancha. El Joventut fue poco a poco aumentando su ventaja hasta llegar a los 18 puntos (45-27).

Pero en los últimos tres minutos del segundo cuarto apareció Bell-Haynes al rescate. Las acciones del base canadiense enchufaron al equipo, que también mejoró sus prestaciones defensivas, y le endosó al Joventut un parcial de 0-8 que le dio vida al intermedio (50-38), sobre todo por las sensaciones. Bell-Haynes hizo la mitad de los puntos del equipo en el segundo parcial (10 de 21) para un total de 15 en otros tantos minutos sobre la pista.

Las puntuaciones de los jugadores del Casademont Zaragoza en Badalona

El canadiense continuó igual al inicio del tercer cuarto y el Casademont aprovechó para recortar las diferencias hasta los cuatro puntos (56-52) en cinco minutos con un parcial de 4-14. Carles Duran puso a sus dos bases en pista y el Joventut recuperó algo de control en el tramo final del cuarto, lo que sumado al dominio del rebote ofensivo, permitió respirar a los verdinegros. Ni el gran momento de Sulejmanovic, taponando y anotando, provocó otra reacción del Casademont, que volvió a irse con una amplia desventaja para afrontar el tramo decisivo (67-55).

Los puntos tras rebote ofensivo fueron una bocanada de aire fresco para el Joventut de nuevo al inicio del último cuarto. El Casademont hacía la goma, se resistía a caer, se acercaba, pero todo resultó insuficiente. El equipo de Fisac quiso, lo intentó hasta el final, probó defensas diferentes, creyó con el acierto de tres, pero ya no alcanzó a un Joventut que supo mantener el tipo hasta el final.