La crónica del Casademont Zaragoza-Baskonia: fiesta mayor en el Príncipe Felipe (86-85)

En el tercer esfuerzo de la semana, en el más difícil todavía, el Casademont Zaragoza se llevó un partido de orgullo y fe porque pareció perdido durante la mayor parte del tiempo pero acabó cayendo del lado aragonés en un último cuarto increíble, apasionante, que hizo disfrutar de lo lindo a la grada. El equipo de Fisac ganó por 86-85 al Baskonia pese al 52% de acierto de tres del rival. El Casademont sí tuvo físico para aguantar el envite hasta el final y fue posible encajar menos de cien puntos pese a los 14 triples que anotó el Baskonia.

El triunfo, de los inesperados, es un bálsamo para el conjunto aragonés después del duro revolcón en Valencia y calma, de momento, los ánimos. Pese a algunos errores repetidos, el Casademont volvió a competir, no se rindió y supo jugar un final apretado sin necesidad de otra prórroga. La implicación de los 7.913 espectadores también fue clave, la grada rugió de verdad y llevó en volandas a su equipo. Ahora solo falta hacer lo mismo fuera de casa...

Esta vez no hubo experimentos y Porfirio Fisac salió con su quinteto titular. Pero el inicio del Casademont se pareció demasiado al de otras ocasiones. Aunque la actitud defensiva de los jugadores, quizá el orgullo del que hablaba el técnico, fue bastante mejor que fuera de casa, el problema seguía siendo el mismo, que no llegaban a tapar todos los tiros exteriores del Baskonia. El equipo de Pablo Laso tiró más de tres que de dos y cerró el primer cuarto con 6/8 en tiros de tres. El Casademont encajó 26 puntos, una cantidad con la que es muy difícil pensar en ganar. Más aún con un ataque no especialmente productivo (16-26).

La película cambió en el segundo parcial, sobre todo por la defensa. El Baskonia ya no encontró tan fácil el triple, solo anotó uno e intentó tres, mientras el Casademont fue encontrando puntos con Mencía y Bell-Haynes, de nuevo dispuesto a enfrentarse a todo el mundo él solo. Lo peor para el conjunto aragonés fueron las faltas, con tres se cargaron Mencía y Joaquín Rodríguez, sus principales puntales defensivos. Pero con el apoyo del público el bloque de Fisac se acercó incluso a tres puntos (36-39) a falta de un minuto y cerró la primera parte solo cinco abajo (38-43). Tras un primer momento de duda y temor de volver a las andadas, había partido en el Príncipe Felipe. 

Los interiores

Para afrontar el segundo tiempo Fisac cambió su juego interior y el tercer cuarto comenzó con los mejores minutos de Jaime Fernández, listo, atento, sumando en ataque y defensa. El acierto de tres bajó en ambos equipos pero penalizó un poco más al Casademont porque el Baskonia encontró la manera de seguir abriendo brecha y recuperar parte de lo perdido en el segundo cuarto. Pese a los buenos momentos de Yusta, con nueve puntos seguidos, el equipo terminó el parcial un poco más lejos y con una pésima noticia, la cuarta falta de Mencía, innecesaria, cuando quedaban menos de tres segundos para el final (55-66).

Con un 23% de acierto en triples, 16 rebotes de diferencia a favor del Baskonia y 48-86 en la valoración global, parecía muy cuesta arriba. Pero el último cuarto fue una bomba, una explosión de emociones, una de las razones por las que este deporte es tan maravilloso. El Casademont tocó a rebato, tiró de orgullo, de los triples de Dubljevic (cinco de seis, el mejor tirador del equipo), de un Bango desencadenado que terminó aclamado y de cabeza fría para saber jugar el final, darle el balón a quien debía ir a la línea de tiros libres y cerrar una remontada y victoria que se vivió como una fiesta mayor en la grada.