CASADEMONT ZARAGOZA

El agujero que deja Jilson Bango en el Casademont Zaragoza

La salida del angoleño va a dejar un impacto muy positivo en la economía del club pero también supone un golpe deportivo de consecuencias desconocidas porque se marcha el jugador más diferente del equipo

Jilson Bango celebra una canasta del Casademont Zaragoza durante el último partido frente al UCAM Murcia.

Jilson Bango celebra una canasta del Casademont Zaragoza durante el último partido frente al UCAM Murcia. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

La salida de Jilson Bango, que se hará oficial en las próximas horas, va a dejar un importante impacto económico en el Casademont Zaragoza, muy positivo, pero también un golpe deportivo en el equipo de Porfirio Fisac cuya profundidad habrá que calibrar con el tiempo. Porque el equipo zaragozano va a perder a su jugador más diferente, más diferencial y determinante. Por lo que es capaz de hacer en ambos aros y por lo que permite al equipo en cuanto a capacidad para jugar corriendo.

El club tendrá que afinar mucho en el sustituto que, además, va a llegar en un momento especialmente delicado y a un Casademont Zaragoza deprimido, sin levantarse aún del golpe frente al Manresa que le dejó fuera de la Copa. El momento de la temporada es crítico porque el equipo puede ir quedándose sin objetivos demasiado pronto si no enmienda el rumbo. Y eso pasa por una mejora del juego.

La pérdida de Bango es un golpe importante para la estructura del Casademont Zaragoza. La pareja Bango-Dubljevic en el cinco combinaba a la perfección porque son jugadores totalmente diferentes. El angoleño es un portento físico capaz de dominar ambos aros, imparable cuando lo encara como atacante, el jugador con más mates de la ACB y de la historia del club en la máxima categoría. El montenegrino es un cinco que juega abierto, que tira más de tres que de dos y con buenos porcentajes, con la experiencia suficiente como para saber posicionarse y capturar su cuota de rebotes cada jornada. Con la estructura de plantilla diseñada en verano, con dos cincos y tres cuatros, la llegada de un pívot puro es imprescindible ahora.

Porque el angoleño es mucho más cinco que Dubljevic. El físico de Bango, además, permitía al Casademont jugar corriendo, dar otra velocidad a su juego y plantear partidos a muchos puntos. Desde que el angoleño está más fuera que dentro el equipo ha perdido capacidad anotadora. En 86 puntos se quedó ante el Andorra (aunque le sirvieron para ganar) y 88 alcanzó ante el UCAM Murcia. El juego del Casademont ha caído en picado desde la fatídica derrota frente al Manresa. Sin que esa circunstancia sea achacable exclusivamente a los pívots, ni mucho menos, el regreso de Dubljevic no ha servido para mejorarlo y Bango ha estado cada vez más desdibujado. En los dos últimos partidos de Liga no ha hecho ningún mate, cuando hasta ese momento daba la sensación de que no sabía anotar de otra manera.

Sin Bango, el Casademont Zaragoza va a quedarse sin 13,4 puntos, 5,5 rebotes y 2,1 mates por partido. El angoleño estaba promediando 16,1 créditos de valoración por encuentro. Ha conseguido 3 MVP de la jornada y el del mes de diciembre. Sus topes fueron los 27 puntos frente al Girona, los 10 rebotes frente al Andorra y los 35 de valoración ante el Breogán. No es el líder estadístico del Casademont en los grandes apartados, solo en el de mates, pero su ausencia va a ser notable.

El Casademont va a tener que reinventarse, tanto con un sustituto de garantías como con una reestructuración de su juego en función de ese nuevo jugador. El equipo solo ha ganado un partido de los últimos seis en la Liga ACB y está a punto de disputar los cruces de la FIBA Europe Cup, donde pretende llegar lo más lejos posible. Para ello va a tener que mejorar en las próximas semanas y tendrá que hacerlo sin su jugador más diferente y determinante. Tapar el agujero que va a dejar Jilson Bango no va a ser sencillo y marcará la temporada del equipo. 

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