CASADEMONT ZARAGOZA
Casademont Zaragoza: Manresa vuelve a ser la clave
El equipo aragonés se juega seguir soñando con el octavo puesto ante un rival directo este domingo

Santi Yusta intenta avanzar ante la defensa de Sagnia en el partido de la primera vuelta. / LAURA TRIVES
Menos de tres meses después, la historia se repite. El Casademont Zaragoza afronta un duelo clave de la temporada frente al Baxi Manresa, esta vez en el Nou Congost (domingo, 12.30 horas). Como en enero, la victoria permitiría al equipo de Porfirio Fisac pensar en cotas mayores y seguir soñando con el playoff, con esa plaza que parece que queda por definir en el octavo puesto, toda vez que los siete primeros parecen ya difícilmente superables.
Esa frontera es Manresa. El equipo de Diego Ocampo ocupa precisamente ese octavo puesto con 13 victorias, dos más que el Casademont Zaragoza, y se ha instalado en ese puesto de privilegio aprovechando la irregular temporada del Baskonia y del UCAM Murcia, subcampeón el año pasado. El equipo de Porfirio Fisac ha vuelto a encadenar buenos partidos, plantando cara a los mejores de la competición aunque sin conseguir ganarles, y se mantiene en la pelea.
Por eso, un triunfo este domingo, más si los aragoneses recuperan el averaje que es de solo un punto (92-93), permitiría al Casademont volver a ilusionarse con alcanzar a su rival y poder pelearle una octava plaza a cuya pugna se ha sumado también el Breogán con su triunfo al Baskonia este fin de semana. Después todavía quedarán ocho partidos más hasta concluir la fase regular, todo un mundo, en la que todos los equipos aprietan para conseguir victorias y alcanzar sus objetivos.
El del Casademont no es, al menos en teoría, el playoff, pero puede como poco ganarse el derecho a soñarlo y pelearlo como le sucedió en la primera vuelta con la Copa del Rey. Como entonces, la historia se repite porque aquel once de enero en el que ambos equipos se vieron en el Príncipe Felipe estaba en juego un billete para la edición de Gran Canaria. Ambos eran séptimo y octavo empatados a ocho victorias (con un balance positivo, pues acumulaban siete derrotas) y quedaban dos jornadas para cerrar la primera vuelta y, por tanto, la clasificación para el torneo del KO. El Casademont Zaragoza llegaba también en una situación similar, en un buen momento de juego, desplegando sus mejores argumentos ante los equipos fuertes de la competición pero sin poder sumar la victoria.
El duelo no defraudó en intensidad y emoción de principio a fin, con más de ocho mil espectadores en las gradas y el ambiente de las grandes ocasiones. La diferencia en la vehemencia defensiva, en el uso de manos, favoreció desde el inicio al Manresa ante la permisividad arbitral, que al descanso habían señalado el mismo número de faltas (10) a ambos equipos. Ese fue el gran perjuicio que sufrió el Casademont más allá de la polémica final: un pie meridianamente claro de un jugador del Manresa cuando llevaba el balón Bell-Haynes y la falta que le señalan a Spissu sobre Obasohan que concedió al manresano tres tiros libres. Solo necesitó dos para dejar el 92-93 final y muy tocado al conjunto aragonés.
Porque al Casademont le costó levantarse de aquello. Había tenido la Copa en su mano, se había repuesto a la lesión de Dubljevic, había jugado su mejor baloncesto ante los grandes equipos y llegaba a los partidos decisivos dependiendo de sí mismo para lograrlo. El mazazo de quedarse fuera le pasó factura al equipo de Porfirio Fisac, que estuvo varias semanas deprimido en su juego y en sus resultados antes de volver a verse sacudido por la salida de Bango y el agujero en el cinco. Ahora todo eso parece haber quedado atrás, el Casademont vuelve a asomar la cabeza y a tener en su mano pelear por grandes objetivos. Pero todo pasa, como hace tres meses, por el partido ante el Manresa.