La crónica del Casademont Zaragoza-Gran Canaria: en caída libre (87-97)

Demasiado Shurna (24 puntos) y demasiado pocos argumentos de un Casademont Zaragoza al que le faltó consistencia defensiva, como siempre, y que volvió a caer en un final de partido cuesta abajo (87-97). Quinta derrota seguida del equipo aragonés, que solo ha ganado tres de sus últimos quince partidos, que ni siquiera ha alcanzado todavía las doce victorias, que cada día tiene menos a lo que agarrarse. Las bajas le han condicionado en muchos momentos, la salida de Bango fue un golpe duro, pero Porfirio Fisac tiene plantilla para algo más de lo que se está viendo, tanto en la Liga como en Europa.

El problema, o uno de ellos, del Casademont, es que depende demasiado de algunos jugadores, de Bell-Haynes, que apareció a ratos, de Sulejmanovic, que no tuvo su mejor día en anotación, de un Dubljevic que si no anota deja al descubierto todas sus costuras para el murmullo de la grada. Al menos apareció Miguel González, atrevido al fin en ataque, confiado para anotar 16 puntos con un 4/6 en triples que fue un salvavidas al que se agarró el equipo hasta el final. 

La igualdad fue la tónica dominante de la primera parte, sin que ninguno de los dos equipos lograran ni grandes distancias ni un dominio claro del juego, aunque parecía que quien se acercaba más era el Gran Canaria. Sin embargo, el Casademont fue encontrando respuestas, primero con los triples de Miguel González (3/3 hizo para marcharse ovacionado), después en el trabajo atrás de Watson y en los puntos de Spissu. Aunque la estadística les daba datos parejos, parecía que el rebote era amarillo, así como el acierto de tres, con sus tiradores más solos de lo recomendable. 

Ni Bell-Haynes ni Slaughter, este para sorpresa de nadie, estaban muy acertados y Dubljevic sufría con Tobey. Sin embargo, ambos estaban muy cercas en los números, en las estadísticas y en el marcador. A base de triples salvó el Casademont su primer momento de peligro con seis abajo en el marcador y lo mismo hizo el Gran Canaria en el segundo cuarto cuando fueron los aragoneses los que le dieron la vuelta. Mientras, el público no estaba nada contento con el reparto de faltas de los colegiados, pero en la pista se mantenía la igualdad al descanso (40-43).

El partido pareció volverse amarillo cuando el Granca empezó a anotar fácil al inicio del segundo tiempo, con Tobey haciéndole un roto a Sulejmanovic en cada acción y, además, le pitaban la tercera a Sulejmanovic. Apareció Bell-Haynes por primera vez en el partido para, junto a los tiros libres, sostener a su equipo e, incluso, para poner por delante al equipo aragonés. El equilibrio se mantuvo hasta el final, cuando primero una doble técnica a Homesley y al banquillo canario y, sobre todo, un triplazo de Miguel González sobre la bocina pusieron el 68-66 para encarar el último cuarto.

Pero el inicio de ese parcial definitivo no pudo ser peor. Con dos de ventaja y posesión inicial, el Casademont perdió toda su ventaja en un visto y no visto e, incluso, empezó a peligrar el partido con el 70-78 con el que Fisac tuvo que pararlo a 6.27 para el final. Apareció entonces Dubljevic con dos triples y un total de ocho puntos casi seguidos para que el Casademont siguiera creyendo (77-81). Pero era más fe que baloncesto, y tampoco mucha. Porque el equipo de Porfirio Fisac volvió a deshacerse en el tramo final, encajando 31 puntos con un Shurna superlativo. Lo peor es que la gente empezó a desfilar antes de que terminara el partido. La desconexión de la grada será la peor derrota de todas.