La crónica del Casademont Zaragoza-Leyma Coruña: los triples salvan a Fisac (84-76)

Los triples salvaron al Casademont Zaragoza y a Porfirio Fisac. En un pésimo partido, en el que el técnico delegó la dirección en Burgess más de tres cuartas partes del mismo, el equipo aragonés sumó una victoria tan importante como injusta y pírrica frente al colista Leyma Coruña (84-76). Porque el triunfo podría ocultar lo mal que juega este Casademont, lo desastre que es su propuesta ofensiva, lo mal gestionado que están sus recursos. Y no debería. La caída libre del conjunto de Fisac es incuestionable.

Con 15 triples en 43 intentos, cinco de ellos en el último parcial, se impuso el Casademont a un colista que fue mejor durante casi todo el encuentro, que movió mejor el balón, que sabía lo que tenía que hacer. El conjunto de Fisac solo estuvo tres minutos por delante en el marcador, dos de ellos al final, y se llevó varias pitadas de su público, sobre todo en una primera parte lamentable. 

La gestión desde el banquillo dejó mucho que desear. Watson estuvo castigado, solo jugó 3 minutos, y Fisac prefirió a Sulejmanmovic al cinco antes que al norteamericano. No cambió a Mencía con tres faltas y cometió la cuarta inmediatamente. Hizo lo mismo con Bell-Haynes hasta que le señalaron la cuarta y obligaron a Spissu a jugar el último cuarto entero. Ya no hay excusas de doble competición, ni cansancio ni falta de días para entrenar. Este equipo es un desastre y ante el colista, sin Heurtel ni Thompkins, se salvó por la campana. Por los triples que acertó al final y los que falló el colista, que le pintó la cara durante más de media hora.

La primera parte del Casademont Zaragoza fue difícilmente empeorable. El equipo de Porfirio Fisac ni salió a morder ni a lavar la imagen, ni a nada de nada. A verlas venir, en todo caso. A los problemas habituales en defensa el equipo sumó un juego de ataque peor que ningún otro día esta temporada. La ofensiva aragonesa consistía en llegar y lanzar de tres, sin ton ni son, sin elaborar nada sin poner un balón dentro, sin preocuparse de si había rebote. Lo ofensivo era el juego del equipo de Fisac. Así que el Leyma Coruña dominaba, haciendo bien sus cosas, sin defender tampoco gran cosa, pero acertando en unos ataques con más sentido.

El primer cuarto ya fue malo del Casademont pero con muchos puntos en el marcador porque el equipo tuvo un buen acierto de tres (6/12), pero es que el segundo no hubo por dónde cogerlo. El equipo siguió tirando por tirar pero solo anotó dos de sus doce lanzamientos. En canastas de dos hizo un 3/15 al descanso. El Leyma Coruña hizo 48 puntos, doce más que el Casademont (36), tirando mucho menos, 29 veces por las 37 del equipo aragonés. Con Fisac sentado en el banquillo más de medio cuarto, la grada se enfadó con el equipo, con toda la razón del mundo, y le dedicó una sonora y merecida pitada al descanso.

No mejoró el juego a la vuelta de vestuarios, con el Casademont buscando el tiro exterior sin generar nada, con Watson en el banquillo y Sulejmanovic de cinco, con Bell-Haynes agarrándose un mosqueo monumental cuando le señalaron la cuarta falta (con tres no le cambiaron). Pero una antideportiva, una técnica a Epi, los puntos de Yusta, un triple de Dimsa, devolvieron la vida al Casademont. No obstante, el Leyma se marchó ganando al parcial definitivo (59-62).

La agonía se mantuvo en un último cuarto en el que el Casademont jugó igual de mal pero acertó de tres, mientras que el Leyma falló lanzamientos claros. Dos triples de Bell-Haynes pusieron por delante después de mucho minutos al Casademont, otro de Spissu, magnífico en la dirección y toma de decisiones, y otro más de Yusta terminaron de dar aire al Casademont para llevarse una pírrica victoria. Necesaria, imprescindible, para volver a Europa.