CASADEMONT ZARAGOZA

Slaughter, lo que pudo ser y no fue

El rendimiento del escolta estadounidense, como el de todo el Casademont, ha estado muy lejos de lo esperado

Slaughter, entre Yusta y Mencía, durante la presentación de los equipos en Bilbao.

Slaughter, entre Yusta y Mencía, durante la presentación de los equipos en Bilbao. / ACB PHOTO / AITOR ARRIZABALAGA

Zaragoza

La temporada del Casademont Zaragoza masculino no ha discurrido según lo previsto. Con una plantilla pensada, hecha y presupuestada para aspirar a algo más que la permanencia, el equipo no dio la talla en el día clave europeo y está sufriendo para volver a las competiciones continentales. Las causas son múltiples y variadas y la lista de cosas y nombres que no han funcionado, todo lo amplia que se quiera, pero si hay un jugador que puede tomarse como ejemplo de lo que ha sido el año ese es AJ Slaughter. 

El rendimiento del escolta ha estado muy lejos de lo esperado. Llegó para ser un anotador de referencia en el perímetro y su mejor registro fueron los 18 puntos que hizo en su regreso al Gran Canaria Arena, donde había jugado las cuatro últimas temporadas. Su aportación se ha convertido en insignificante en los últimos meses y lleva nueve jornadas consecutivas sin pasar de los seis puntos anotados. Su presencia se había ido reduciendo drásticamente aunque había participado en todos los encuentros hasta que el pasado domingo Rodrigo San Miguel decidió no contar con él en la victoria del equipo en Bilbao.

En favor del jugador puede decirse que el juego y la temporada del equipo no le han favorecido y que muchas veces sus lanzamientos no han sido los mejor elegidos ni trabajados. Pero lo cierto es que Slaughter ha estado muy por debajo de lo esperado. Su llegada obedecía a contar con un jugador capaz de decidir partidos y eso no ha ocurrido en ninguna ocasión a lo largo de la temporada. 

Sus números en Zaragoza son los peores de las seis temporadas que lleva en la ACB. Este curso promedia 19 minutos de juego en los que ha sumado 8,2 puntos, cuando hasta ahora no había bajado de la decena, 1,2 rebotes, 1,5 asistencias y 4,7 créditos de valoración. Su porcentaje de acierto desde el 6,75 también es el más bajo de su carrera en España con un 34,7%. Su mejor campaña en la ACB fue la 2020-21 con unas medias de 14 puntos, 2,2 rebotes y 3,5 asistencias para 13,3 créditos de valoración en 25 minutos por jornada. 

Esos números los consiguió de la mano de Porfirio Fisac, ya que ambos llegaron en 2020 al Gran Canaria. Con el técnico segoviano fue una de las piezas clave del equipo en los dos cursos que coincidieron en la isla y por eso Fisac quiso contar de nuevo con él. Pero esta vez las cosas no han sido igual para ninguno de los dos. Slaughter, con 37 años, tampoco es el mismo físicamente, a pesar de no parar en verano disputando competiciones centroamericanas para no perder la forma. Y la campaña de Fisac tampoco ha estado a la altura de lo esperado.

Pero el fichaje de AJ Slaughter el pasado verano no se entiende sin Porfirio Fisac. Porque fue una petición del técnico, que confiaba en el jugador tras haberle dirigido en el Gran Canaria, y porque la presencia del segoviano fue uno de los factores que hizo decidirse al jugador. El escolta estadounidense con pasaporte polaco terminaba contrato con el Granca, pero el club claretiano ejecutó una cláusula de renovación automática por dos años. El Casademont tuvo que mejorarle esa ficha y ofrecerle el mismo tiempo de contrato, así que Slaughter firmó hasta 2026. 

Esa será una de las muchas cuestiones que el Casademont Zaragoza tenga encima de la mesa en cuanto se cierre la temporada deportiva en un par de semanas. Slaughter tiene contrato para el curso que viene pero su rendimiento invita a pensar que su futuro no pasa por Zaragoza. A la espera de conocer al nuevo técnico que tome las riendas del proyecto, el club tendrá que resolver la situación del escolta. Ni la temporada del Casademont ni el rendimiento de Slaughter han sido como se esperaba en verano, sino peor, mucho peor. 

Tracking Pixel Contents