Gente corriendo despavorida por la céntrica calle Alfonso I de Zaragoza huyendo de un joven que también iba rápido, gritando y amenazando a los presentes con un cuchillo en la mano. Una situación que, por suerte, solo se tradujo en el sentimiento de pánico entre los jóvenes que en ese momento estaban en esta vía que desemboca en la plaza del Pilar y en el arresto del sospechoso.

Los hechos tuvieron lugar, según testigos consultados por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, pasadas las 04.00 horas, coincidiendo con la hora máxima establecida por el Gobierno de Aragón para que los locales de ocio nocturno permanezcan abiertos al público por motivos pandémicos. De ahí que la calle estuviera en esos momentos llena de jóvenes que minutos antes acaban de disfrutar de una de las últimas noches de los Pilares en los bares del casco viejo.

De repente, un joven salió de la nada de lo calle Contamina hacia Alfonso I mientras gritaba y mostraba en alto un cuchillo. Los allí presentes no pudieron ocultar su incredulidad ante lo que estaban viendo y rápidamente comenzaron las carreras de personas temerosas ante esta extraña situación en la que desconocían también cuál era el objetivo del sospechoso.

Por suerte para ellos había una patrulla de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón en las inmediaciones encargada de que no hubiera altercados cuando los bares bajan la persiana, puesto que es el momento más peligroso de la noche ya que coinciden dos elementos: una importante ingesta de bebidas alcohólicas y una gran cantidad de personas en el mismo espacio. Es cuando se generan la mayoría de las peleas.

Pero no fue en una pelea en lo que los agentes tuvieron que intervenir, sino en reducir al sospechoso. Cerraron la calle con el vehículo, bajaron de él y le placaron contra el suelo. Ahí no acabó la actuación del joven, ya que se revolvió e intentó agredir a uno de los policías con el arma blanca, si bien no lo consiguió.

Fue en ese instante cuando los allí presentes respiraron tranquilos. El joven, de origen colombiano, fue introducido a la fuerza dentro del vehículo policial que le condujo a los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, donde pasó la noche, evitando así un nueva estampida de gente por la calle Alfonso I.

 Por los hechos protagonizados es probable que sea imputado como presunto autor de un delito de desórdenes públicos y otro de atentado a agentes de la autoridad. Cuando pase ante el juez de guardia de Zaragoza, un forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) realizará un informe para determinar si está en sus cabales o si iba influido por algún tipo de sustancia estupefaciente.