Abdelkarim A. M., el joven que agredió salvajemente a dos policías nacionales cuando iban a detenerle por intimidar a su casera con un pistola cuatro días antes en el zaragozano barrio del Picarral, pasó ayer su primera noche en la cárcel de Zuera. No es la primera vez que este joven de 27 años ingresa en un centro penitenciario. En el año 2012 estrenó su hoja de antecedentes por un delito de tráfico de drogas y a partir de ahí fue concatenando diferentes detenciones, todas ellas del Cuerpo Nacional de Policía, por robo con violencia, conducción sin haber obtenido permiso de circulación, robo con fuerza, receptación de objetos de procedencia ilícita y por circular por las calles de la capital aragonesa habiendo consumido bebidas alcohólicas. Una actividad delincuencial que duró varios años, puesto que en la ficha policial a la que tuvo acceso este diario se observa que su último arresto fue en el año 2015 por un robo con fuerza en las cosas. En una ocasión fue sorprendido cuando estaba realizando un hurto y no dudó en enfrentarse a los agentes, lo que le conllevó la imputación de un delito de atentado contra agentes de seguridad que ahora le va a conmutar a efectos de reincidencia con esta última detención. La pena mayor a la que fue condenado fue 1 año de prisión por un robo violento, ya que por otro con fuerza en las cosas el juez le impuso 364 días. 

La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Zaragoza, en funciones de guardia, había acordado horas antes la prisión provisional, comunicada y sin fianza para este joven de 27 años, después de que lo solicitara la Fiscalía y el abogado del sindicato policial Jupol, Marco Antonio Navarro, que va a ejercer la acusación por ser los dos agentes afiliados a este colectivo. 

Minutos antes, la jueza pudo escuchar, entre lágrimas, cómo el arrestado negaba todos los hechos delictivos que se le imputan. Señaló, según pudo saber este diario, que actuó de esa forma en el momento del arresto para defenderse de los agentes en el momento del arresto porque él es un trabajador y se vio perseguido. Añadió que la marihuana que se le atribuye, y que fue intervenida en el interior de la vivienda de la que se fugó tras un incidente con la casera, no es suya. «Ahí había más gente, era un piso en el que se realquilaban habitaciones», explicó. 

Pero toda esa argumentación no fue suficiente para la jueza, que consideró que había «suficientes» indicios de autoría como para que Abdelkarim A. M. fuera privado de libertad como medida cautelar. 

El arresto del fugitivo se produjo ayer sobre las 15.30 horas en el interior del número 62 de la calle Mariano Cerezo, en el barrio de El Gancho. Eran sobre las 15.30 horas cuando una patrulla de la Unidad Motorizada de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, conocida como los Centellas, le observó, le siguió los pasos y fueron a detenerle. Pero no les fue fácil, ya que, tal y como publicó este diario, entró al portal y subió las escaleras. Los dos policías nacionales fueron detrás de él consiguiendo alcanzarle en el rellano. Trató de esconderse, pero no pudo. Allí comenzó un rifirrafe, puesto que el sospechoso trataba de arrebatarles el arma. No lo consiguió, pero al verse sin escapatoria decidió hacer caer a los tres juntos por las escaleras. Hasta dos pisos fueron rodando hasta llegar al portal. «Vosotros no me vais a detener» les dijo al tiempo que les amenazó de muerte: «Os voy a matar, ahora lo vais a ver... 3, 2, 1...».

Agresividad

La agresividad fue a más e incluso llegó a morder en la mano a uno de los agentes, provocándole una importante herida sangrante. A pesar de todo fue capturado y los agentes trasladados a un centro hospitalario para ser atendidos de sus heridas. Los dos presentan traumatismos por la caída, especialmente uno de ellos que tiene dolores cervicales. Están de baja. 

En el cacheo posterior a la detención de Abdelkarim A. M. los agentes le intervienen 420 euros, un blister con tres pastillas de Diazepan de cinco milígramos y un cartucho detonante con la inscripción GFL 9 milímetros que se encuentra percutido y que correspondería con la empleada por el arma detonadora durante el altercado con su casera.

Dicho incidente, que adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, tuvo lugar el pasado jueves en el número 2 de la plaza Burgo de Ebro, en el Picarral. Su casera había ido a cobrar las mensualidades impagadas cuando este respondió pegando tiros desde la ventana para amedrentar a la mujer. Esta llamó a la Policía Nacional y el delincuente acabó huyendo por el tejado. En su vivienda hallaron más de kilo y medio de marihuana.