La Audiencia de Zaragoza ha reanudado este martes el juicio contra Nosa Churchill Osarenmwida, el vecino de la capital aragonesa que hace un año asesinó a su hija de 3 años tras cortarle el cuello en el domicilio familiar de la calle Domingo Ram. La esposa del encausado y madre de la menor ha reconocido ante los miembros del jurado popular que “sintió miedo”, nada más verle coger el cuchillo. “Estaba muy agresivo”, ha recordado. El hombre de 37 años, que el lunes confesó el crimen, afrontaba una condena de prisión permanente revisable que llegó a anunciar el fiscal José Luis Hedo, si bien este martes ha cambiado y ha propuesto 18 años de cárcel y otros cinco años de libertad vigilada. Ha considerado que se le puede aplicar la eximente incompleta de trastorno mental, tal y como proponía la abogada defensora, Carmen Sánchez Herrero, quien ha solicitado que ingrese en el centro penitenciario psiquiátrico de Fontcalent (Alicante) y no en una prisión normal. El veredicto será, presumiblemente, el miércoles.

Aunque cuando degolló a la menor lo hizo en silencio, la esposa del encausado ha afirmado que "anteriormente dijo cosas extrañas", si bien ella no sabe el por qué de su comportamiento porque él nunca le había dicho que tenía diagnosticada esquizofrenia. Eso sí, ha añadido que "sabía que iba al hospital" y que tomaba medicación. "Era un buen padre", ha señalado la mujer, quien no ha podido determinar si aquella noche "le dio un brote" a Nosa Churchill Osarenmwida.

Tanto el representante del ministerio público como la defensa han solicitado a la mujer que describiera los hechos que ocurrieron aquella noche y las horas previas. No le notó nada extraño, aunque solo estuvieron juntos dentro de la casa, situada en el número 76 de la calle Domingo Ram del barrio Delicias, para cenar porque ambos habían estado en la calle cada uno por su lado. "Eché a los niños en la cama porque al día siguiente había que madrugar y él estaba en el balcón hablando por teléfono con su hermana, luego entró, cogió el cuchillo y se lo clavó a ella. Lo vi todo", ha aseverado, mientras ha detallado que él la mandó irse a dormir, pero no quiso.

"Vi a la niña agonizando con dos heridas en el pecho y en el cuello"

Los dos policías que llegaron primero al lugar del crimen han señalado que la niña "estaba agonizando". "Tenía dos heridas sangrantes, una en el pecho y otra en el cuello", han afirmado estos dos agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que le hicieron la primera asistencia mientras llegaba la ambulancia del 061. La menor murió dos horas después en el hospital Materno Infantil.

En paralelo, la Jefatura Superior de Policía de Aragón puso en marcha un dispositivo de busca y captura del sospechoso, ya que tras el asesinato se marchó a la carrera del lugar. Uno de los agentes, el que le detuvo, ha destacado que nada más apearse del coche patrulla, Nosa Churchill Osarenmwida les espetó: "He matado a mi hija". Ha añadido que su comportamiento era "tranquilo".

Los forenses: "Sabía lo que hacía y pudo evitarlo"

Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) han destacado que Nosa Churchill Osarenmwida "sabía lo que hacía y pudo evitarlo", si bien proponen que sea ingresado en el centro penitenciario de Fontcalent, en Alicante, que es el lugar en el que ingresan todos los condenados con enfermedades mentales. De hecho, han dicho que precisa de tratamiento psicológico, aunque en ningún momento han llegado a afirmar que tiene esquizofrenia.

De hecho, han afirmado que "era una bomba de relojería" porque presentaba un cuadro de estrés, un consumo de drogas, problemas económicos, la sospecha de infidelidad de su mujer y un pensamiento delirante sobre una supuesta voz divina que le animaba a matar. No obstante, han descartado un componente psicótico puesto que los asesinatos de ese tipo "son muy violentos". "Suelen verse cadáveres con hasta 50 puñaladas, pero en este caso fueron dos muy certeras y tras haber escogido al objetivo, que era la niña", ha aseverado el especialista.