Casi 400.000 euros es el precio en el mercado ilegal del mayor alijo de cocaína pura intervenido en Zaragoza por la Policía Nacional en los últimos doce años en el marco de la operación Chacal, desarrollada hace unas semanas, y en la que ha sido desarticulado un importante grupo narcotraficante que operaba en la capital aragonesa, en Teruel y Cataluña, tal y como adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. Un valor el de esta sustancia estupefaciente que, adulterada con sustancia de corte, hubiera generado pingües beneficios a los miembros de la banda. En total han sido detenidas 13 personas.
La investigación se inició, tal y como ha informado este miércoles el inspector jefe del Grupo I de la Jefatura Superior de Policía de Aragón en una rueda de prensa en la que estuvo el jefe superior Juan Carlos Hernández, el pasado mes de enero al tener conocimiento la Brigada de Policía Judicial de Teruel de que en la capital bajoaragonesa se podría estar realizando una actividad de tráfico de drogas relacionada con una red de narcotráfico a media escala a nivel nacional, compuesta en su mayor parte por ciudadanos originarios de la República Dominicana.
De forma paralela, Estupefacientes de Zaragoza se encontraba investigando a una organización criminal asentada en la capital aragonesa dedicada a la comercialización de cocaína que, al parecer proveía de esta sustancia al grupo criminal investigado por Teruel, por lo que se determinó trabajar de forma conjunta iniciándose así la denominada operación Chacal.
Las pesquisas avanzaron, determinando el modus operandi utilizado por sus miembros y logrando la plena identificación de todos ellos, no solo de la parte afincada en Teruel y en Zaragoza si también de individuos afincados en Cataluña. Fue a finales del pasado mes de octubre cuando detectaron un viaje a Madrid efectuado por los cabecillas de la organización de Zaragoza y de Cataluña, con el objeto de proveerse de una importante cantidad de droga.
El pasado 28 de octubre, tres de los investigados emprendieron el trayecto de vuelta a la capital aragonesa conduciendo dos furgonetas que fueron interceptadas por los agentes a su llegada a la capital aragonesa, procediendo a la detención de sus ocupantes como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal e interviniendo los vehículos a fin de ser debidamente registrados.
Seguidamente procedieron a la detención del resto de los miembros de la organización, así como a efectuar las correspondientes diligencias de entradas y registros en diez viviendas no solo de Zaragoza, sino también en Blanes (Gerona), Lloret de Mar (Gerona) y Tordera (Barcelona), lográndose la incautación de 150 gramos de cocaína, sustancia adulterante, nueve vehículos, prensas mecánicas para el compactado de la droga, múltiples balanzas de precisión, envasadoras, armas de fuego simuladas, así como diversos efectos para la elaboración, adulteración y distribución de la sustancia estupefaciente (alambres, recortes plásticos…) y 8.000 euros en efectivo.
En paralelo, Estupefacientes, apoyados por el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) de la Policía Nacional, localizaron más de 11 kilos en un doble fondo en la furgoneta Renault Kangoo con la que se habían desplazado a Madrid. En el Opel Astra que intervinieron había caletas, pero estaban vacías. Por el formato en el que estaba la droga, planchas de un kilo, esta habría entrado en España por el aeropuerto Barajas-Adolfo Suárez en maletas.
"El grupo desarticulado contaba con un alto grado de especialización y distribución de tareas, abarcando desde los proveedores de la droga, las personas dedicadas a su ocultación, así como los traficantes que se dedicarían al menudeo, vendiendo dicha droga a los consumidores finales", afirmó el inspector, jefe del Grupo I de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón.
Red de pisos y garajes
También destacó la extraordinaria capacidad logística para ocultación de la cocaína y demás elementos relacionados con esta práctica delincuencial, al contar con una amplia red de pisos y garajes donde se movían de unos a otros, dificultando que fueran detectados en las posibles vigilancias policiales.
Además, la organización contaba con una flota de vehículos con habitáculos muy sofisticados, conocidos en el argot policial como caletas, situados en diversos lugares de los vehículos como en los respaldos de los asientos traseros, guantera o dobles fondos de los suelos de las furgonetas, siendo prácticamente indetectables ante cualquier control o registro policial que se le realizara.
La instrucción judicial la ha realizado el el titular del Juzgado de Instrucción número tres de Teruel, quien decretó la prisión de once de los trece detenidos, asistidos por las abogadas, Carmen Sánchez Herrero, Beatriz Claramunt, Beatriz Liñospeña y Marina Ons. Uno de ellos, W. G. P. D., alias Chucho, aprovechó su libertad para fugarse del país.
