Los dos hombres que robaron un vehículo días antes de asaltar unas máquinas tragaperras de un bar de Zaragoza y acabaron empotrados con un coche de la Policía Nacional deberán hacer frente a cerca de seis años de cárcel. La defensa de Ramón Hernández Carbonell y José Hernández Carbonell, de 34 y 46 años y ambos con antecedentes, encabezada por la abogada Olga Oseira, ha aceptado las penas de tres años de cárcel para el primero y de dos años y nueve meses para el segundo por los dos delitos de robos con fuerza. No obstante, no se ha llegado a un acuerdo para la condena por el delito de atentado contra un agente de la autoridad, por el que la Fiscalía pide tres años de prisión.

Los acusados, junto a un tercero no identificado aún a día de hoy, utilizaron la tapa de una alcantarilla y una silla para romper la puerta y la cristalera de un bar en la avenida San José de Zaragoza. Una vez en el interior del negocio, se sirvieron de una maza para romper dos máquinas tragaperras, logrando acceder a la caja recaudatoria y llevándose un total de 956,10 euros, según recoge la sentencia del Juez de Instrucción nº7.

Tras perpetrar el robo a los cajetines de las máquinas, los tres intervinientes se subieron al coche que habían robado unos días atrás, el 17 de diciembre, a una limpiadora del polígono industrial Plaza. Justo en ese momento apareció una patrulla de la Policía Nacional que les dio el alto e incluso llegaron a desenfundar sus armas , haciendo los condenados caso omiso, emprendiendo la marcha atrás y empotrando el vehículo sustraído contra el coche policial y colisionando momentos después con un bolardo de la vía pública. 

Los tres implicados trataron de huir del lugar de los hechos corriendo, pero solo uno de ellos lo logró. Por ello, un año después de que sucedieran los hechos, la sentencia dicta tres años de cárcel para ambos por atentado contra un agente de la autoridad, dos años de prisión para ambos por el robo del vehículo y un año para R. H. C. y 9 meses para J. H. C. por el robo con fuerza en el bar.

Los daños del vehículo robado ascendieron a 444 euros, mientras que el perjuicio derivado de no poder utilizarla para su propietario lo cifra la Fiscalía en 500 euros. En cuanto al bar donde se desvalijaron las máquinas tragaperras, el coste de reparación de estas alcanzó los 785 euros y los cristales del establecimiento, 555,39. Los daños en el coche policial contra el que los condenados se empotraron ascienden hasta los 2.171,15 euros.