El letrado zaragozano Christian Monclús Esco, ha recurrido el auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Huesca del pasado 9 de septiembre por el que se decretó la libertad provisional de A. G. G., que está investigado como presunto autor de la brutal agresión que sufrió un militar en la capital oscense cuando trató de salir en defensa de una joven que era acosada por un grupo de personas.

El titular del juzgado argumentó que «no había motivos para creer fundadamente» que el sospechoso tenga intención de sustraerse a la acción de la justicia. Sin embargo, Monclús sostiene en un recurso de apelación que, al contrario de lo que opina el magistrado, «la conducta esquiva del investigado permite deducir que existen dudas de que este vaya a estar a disposición de la autoridad judicial», lo que, desde su punto de vista, «pone en riesgo el buen fin del procedimiento».

En apoyo de su tesis, el abogado cita asimismo que existen «multitud de testigos» que han reconocido al sospechoso fotográficamente como el autor de los hechos. Además, destaca la gravedad de las lesiones sufridas por la víctima, que fue trasladado a la UCI y que en la actualidad ha sido intervenida nuevamente con la intención de realizar un implante coclear.

Graves lesiones

Asimismo, Monclús esgrime que la entidad de los hechos imputados (lesiones graves y atentado por agresión a los agentes que lo detuvieron) «permite pensar que se podría dirigir contra el investigado una acusación por penas que excederían holgadamente los dos años de prisión». Por estos motivos, el representante legal del herido pide al juzgado que revoque la resolución recurrida y acuerde la prisión provisional, comunicada y sin fianza del investigado.

Según el relato fáctico facilitado en su día por la Policía, la víctima, de 27 años, salió en defensa de una chica que se sentía acosada por una grupo de jóvenes en Huesca. Según la misma fuente, un joven le dio un puñetazo que le hizo caer y le provocó un grave traumatismo craneal. Tres jóvenes oscenses fueron detenidos a continuación en relación con estos hechos.

Todo ocurrió sobre las 01.40 horas de la madrugada en la plaza Nuestra Señora de Salas, adonde se trasladaron varias patrullas policiales que vieron a un joven tendido en el suelo en estado inconsciente. Una persona les explicó que los agresores habían sido unos seis o siete jóvenes que se habían marchado corriendo por un pasaje. Inmediatamente la Policía estableció un dispositivo de búsqueda dando con ellos una patrulla. Los agentes se bajaron y solicitaron la documentación. Uno de los jóvenes llevaba una camiseta blanca con manchas de sangre.

De forma repentina, los jóvenes rodearon a los agentes, les agarraron y llegaron a lanzarles golpes y a zarandearles para evitar que se acercaran al que llevaba restos de sangre en su ropa. La llegada de un coche patrulla evitó que la agresión fuera a más.