La víctima del crimen del Arrabal, ocurrido el pasado domingo en Zaragoza, fue brutalmente atacada cuando dormía en la cama. Es la conclusión a la que llega el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón tras analizar la escena en la que ocurrieron los hechos por los que fue detenido, Enrique San Agustín Bautista, compañero de piso del fallecido. 

Según pudo saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN los investigadores datan la muerte durante la madrugada y dividen la acción homicida en dos fases. La primera, teniendo en cuenta las lesiones en el cráneo y las proyecciones de sangre, consideran que José Antonio se encontraba tendido en la cama cuando fue agredido. La posición del cuerpo es la habitual que una persona puede tener cuando está dormido. Recibió múltiples golpes en la cabeza que pudieron noquearle.

De hecho, consideran que el arrestado no encontró interposición o cuando menos una resistencia o reacción activa por parte del finado. Es más, los agentes observaron que el dormitorio del 3A del número 26 de la calle Palencia presentaba un estado de orden «metódico» en determinados efectos, así como la acumulación de polvo y suciedad. Algo extraño en este tipo de hecho delictivos en los que el escenario del crimen suele estar revuelto o modificado. Para más inri, el palo de madera empleado para la agresión fue localizado junto al cadáver.

La segunda acción que describe Homicidios en su atestado es la única lesión cortante longitudinal en el abdomen que presentaba la víctima. La habría realizado, tras golpearle, con un cuchillo que se encontró junto a la cadera de José Antonio. Resaltan que el corte fue post mortem.

Entre ambos actos estaría, según reveló la autopsia y tal y como adelantó este diario, la asfixia a la que fue sometida la víctima y que fue su verdadera causa de muerte de este hombre de unos cincuenta años y trabajador en FCC en la recogida de basuras.

El hallazgo del cadáver, en el que fue necesaria la intervención de los Bomberos de Zaragoza, se produjo por la mañanas después de que Enrique San Agustín Bautista se personara en información de la Jefatura Superior de Policía de Aragón afirmando que su compañero de piso había desaparecido, a la vez que solicitó unas pastillas para poder dormir porque tenía unos fuertes dolores de cabeza. Rápidamente los agentes sospecharon de su actitud extraña y dieron aviso a la sala del 091 para que se personara en el domicilio la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Cuando accedieron al dormitorio vieron que se trataba de una muerte violenta y el sospechoso era detenido inmediatamente en las dependencias policiales.

En la actualidad su situación es la de privación provisional de libertad que fue acordada por la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, en funciones de guardia. La magistrada titular acordó dicha medida sin llegarle a tomar declaración por su estado mental. Se encuentra en el área de Seguridad del hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza.

Está pendiente que los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) le realicen un estudio psiquiátrico.