Una persona perdió la vida en la madrugada de ayer en Ejea de los Caballeros y otra resultó herida, como consecuencia de un disparo en el curso de una reyerta entre clanes. El suceso tuvo lugar sobre las dos y media de la madrugada, en una vivienda de la calle Juliana Larena, en el barrio de la Corona del casco viejo de la ciudad. El herido, que se halla estable y fuera de peligro, fue trasladado a un centro hospitalario de Zaragoza.

Alfonso Giménez Giménez, de 57 años y presunto autor de los hechos, fue detenido y se ha abierto una investigación para determinar las circunstancias del homicidio, que está bajo secreto sumarial.

Se trató de una disputa familiar en la que el padre de una joven disparó contra el hermano de la pareja de esta y le causó la muerte, lo que provocó una fuerte conmoción en la localidad. Según ha trascendido, contraviniendo el parecer de su familia, la hija del autor del crimen se había fugado con el cuñado de la víctima. Al parecer, esa relación sentimental no contaba con la aprobación del progenitor.

Atropello mortal

El fallecido era Manuel Carbonell Hernández, un joven soltero de 21 años que fue detenido en junio del año pasado después de darse a la fuga, supuestamente, tras atropellar a un concejal socialista de Luceni, José Raimundo Soria Lafarga, quien atravesaba la calzada en la carretera de Aragón, cuando se dirigía a un incendio en las inmediaciones.

Según explicaron ayer los vecinos, cuatro personas procedentes de Gallur llegaron en la madrugada de ayer ante la vivienda del supuesto agresor, gritando «os vamos a matar» y «no tenéis derecho». Se acercaron a la puerta de la vivienda, una casa de pueblo de dos plantas. Allí golpearon la puerta repetidas veces hasta derribarla y conseguir entrar, según relató un residente que no facilitó su identidad.

La Guardia Civil cortó los accesos a la zona por razones de seguridad. ANGEL DE CASTRO

El tiro atraviesa a la víctima

Los moradores estaban durmiendo y, al despertarse debido a los gritos, fueron al encuentro de los intrusos. Enseguida, los cuatro atacantes golpearon con palos y varas de madera a Giménez Giménez y le hirieron en la cabeza y la nariz. Y mientras tres de ellos rodeaban a su hijo, él se hizo con una escopeta y disparó una vez a Manuel Carbonell pues temía que mataran a su hijo. El proyectil, que le hirió de muerte, atravesó su cuerpo y alcanzó a otro de los intrusos, que resultó lesionado.

Se da la circunstancia de que las madres de las familias de Ejea y de la de Gallur habían discutido y, además, la hija del autor del disparo se había ido anteriormente con el hermano del fallecido. El objetivo de la visita nocturna era pedir explicaciones de la causa de la oposición a la relación entre ambos jóvenes.

Ante esta situación, para evitar posibles represalias, se ha aconsejado a las familias de la zona, de etnia gitana, que abandonen la localidad cincovillesa durante unos días. Por su parte, la Guardia Civil reforzará la vigilancia en esa parte, según fuentes de la Delegación del Gobierno de Aragón.

“Está delicado de salud”

El grupo que llegó de madrugada «son familiares lejanos que no viven en Ejea, sino en Gallur», manifestó un vecino, que vive a escasos metros de donde ocurrió el crimen, una calle en cuesta que conduce a la iglesia de Santa María.

"Han llegado en un plan muy agresivo, estaban muy alterados", explicó. "El agresor trabaja de forestal y es una buena persona, que yo sepa", indicó otro vecino. "Está delicado de salud, se ve que le dio un infarto y lo han operado hace pocos días", añadió.

"Él y sus familiares estaban en la cama y han venido a buscarle malestar", prosiguió el mismo vecino, que aseguró que le han aconsejado que se ausente varios días.

Control de la Benemérita en la calle del crimen. ANGEL DE CASTRO

Temor a una revancha

La ciudad de Ejea despertó ayer con el frío de febrero y una trágica noticia: la muerte de un disparo de un hombre en el barrio de la Corona, la parte más antigua de la localidad. «Lo único que sé es que ha habido una reyerta», manifestó un vecino que se encontraba en la plaza de España, en pleno centro, no muy lejos de la calle Juliana Larena.

Esta vía, que está en cuesta, conduce a la iglesia de Santa María y en ella se encuentran casas de pueblo de dos alturas como máximo habitadas por personas humildes. Se ven algunos solares donde ha habido edificios y que ahora se utilizan como aparcamientos.

Los accesos al número 29 de la calle Larena fueron vigilados por efectivos por el grupo de seguridad ciudadana (Useci) de la Guardia Civil, una presencia que se prolongará a lo largo del fin de semana.

«Solo podemos decir que este fin de semana la seguridad se va a reforzar en estas calles», ha indicado un responsable del dispositivo de la Benemérita.

Existe miedo a que ocurra algún incidente, a que se produzca un acto de revancha por parte de familiares de la persona que murió y de la que resultó herida, inicialmente de gravedad, si bien luego se precisó que no corría peligro.

La Guardia Civil va a mantener un fuerte dispositivo de vigilancia durante este fin de semana. ANGEL DE CASTRO

Nerviosismo

«Nos han aconsejado que nos vayamos unos días», explicó un residente que estaba llenando el maletero de su coche, ayudado por su mujer y varios niños, uno de ellos de muy corta edad. «Vamos a ir a otra ciudad», ha añadido.

Se le notaba nervioso mientras sacaba enseres de su casa y los introducía en su vehículo. Al cabo de un rato, toda la familia se subió al automóvil y todos abandonaron la calle pasando entre los controles que había montado la Guardia Civil. En el otro extremo de la calle había otro grupo de vecinos, casi todos menores de edad, que observaban el despliegue.

Pese a ello había mucha calma en la calle Juliana Larena, quizá un tanto artificial, mientras un poco más allá la vida transcurría con normalidad. Una limpiadora fregaba el suelo delante de un portal y un cartero pasaba llevando cartas en un carro como los de los de la compra.

No todo el mundo se había enterado de lo ocurrido o lo sabía a grandes rasgos. «No sé qué ha pasado exactamente, solo sé que el presunto agresor es un hombre muy conocido, muy trabajador», ha manifestado un vecino en el momento de subirse a su coche.

Y en los bares situados más abajo, junto a la avenida principal, la que pasa ante el ayuntamiento, se daba la misma escasez de detalles sobre el suceso. «Son familias de aquí, seguramente, pero no me resultan conocidas», manifestó uno de los clientes de uno de los locales de hostelería.

La Delegación del Gobierno refuerza la vigilancia en la zona

La junta de portavoces del Ayuntamiento de Ejea se reunió ayer a mediodía para analizar la situación y acordó, junto a la Delegación del Gobierno, reforzar «al máximo» durante el fin de semana la vigilancia con efectivos de la Policía Local y de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic), el equipo de la Guardia Civil de acción rápida.

El consistorio aclaró en un comunicado que ya está realizando un «esfuerzo extraordinario» durante esos días de la semana. Además, los grupos políticos del pleno transmitieron «un mensaje de tranquilidad a la sociedad ejeana con el compromiso firme del mantenimiento de la seguridad ciudadana en colaboración con los cuerpos y fuerzas de seguridad.