Si no llega a ser por el árbol de gran porte la fatalidad en la terraza del bar Resacas, en el paseo Teruel de la capital aragonesa, hubiera sido todavía un mayor cuando un conductor perdió el control, se subió a la acera y arrolló el velador. Cuatro clientes resultaron heridos, uno de ellos grave, además del conductor que ya se encuentra en libertad, aunque a la espera de ser citado por el titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Zaragoza, que el lunes estaba de guardia.

 En la decisión de dejar en libertad al investigado, Diego O. O., de 48 años, habría pesado su historial médico, según fuentes policiales, si bien tiene retirado el permiso de conducir y el vehículo, un Hyundai Tucson, inmovilizado en el depósito municipal. Está imputado por un delito de lesiones imprudentes graves y otro de conducción bajo los efectos del alcohol, puesto que circulaba cuadruplicando la tasa de alcohol permitida.

Como adelantó EL PERIÓDICO, no es la primera vez que tiene un problema con la ingesta etílica al volante. En su ficha aparecen dos causas por circular bajo los efectos del alcohol en 2018 y en 2020. También tiene antecedentes por violencia doméstica.

El Equipo de Atestados de la Policía Local de Zaragoza continúa la investigación. Tomó declaración a los testigos y a las víctimas, siendo dados de alta dos de ellos. Quien continúa ingresado en estado de gravedad es un septuagenario que recibió el primer golpe del turismo. Su vida no corre peligro, según fuentes consultadas, pero presenta fracturas. La principal hipótesis que barajan los investigadores es que el conductor se dirigiera al paseo Teruel desde la calle Hernán Cortés

Los vecinos del paseo Teruel y consumidores del bar Resacas proponen que se «coloquen vallas en el bordillo de la acera para proteger las terrazas» que se montan a diario en esa zona. Algunos de ellos recordaron ayer que hace 20 años un hombre murió atropellado por un turismo que salió de la misma curva. «El consistorio cobra por cada velador y por cada silla que los bares sacan a la calle, con lo que lo menos que se le puede pedir es que, al menos, garantice la seguridad de los clientes», subraya José Manuel, un testigo del accidente.

Aquel atropello grave ocurrió en la Nochevieja de 2002, cuando un mendigo fue atropellado en ese mismo lugar de Zaragoza cuando un vehículo invadió la acera. En aquella ocasión, el hombre de 63 años falleció cuando el turismo, cuyo conductor estaba bajo los efectos del alcohol, chocó con un taxi, invadió la acera y lo arrolló. El vehículo implicado colisionó posteriormente con un semáforo y todos los ocupantes huyeron del lugar a pie en presencia de numerosos testigos. El suceso se produjo después de la madrugada.