El uso del claxon está permitido para alertar de un peligro a otros conductores. Sin embargo, en el día a día, suele ser empleado para saludos o para mostrar quejas. Pese a lo incorrecto y lo molesto que resulta, más vale un pitido que acabar a puñetazo limpio por una discusión de tráfico. Dos vecinos de Zaragoza decidieron agredirse en plena avenida Duquesa Villahermosa, en el barrio Delicias el pasado jueves. Uno acabó en el hospital con puntos de sutura y el otro en los calabozos.

Ocurrió a las 17.50 horas. La Policía Local tuvo que acudir al lugar previa llamada al 092 porque había dos conductores, el de un Peugeot 407 y el de un Audi A4 comenzaron una pelea a partir de que uno le recriminara a otro por una maniobra de tráfico. Estaban provocando retenciones.

Según un testigo presencial, el conductor del Peugeot se bajó del vehículo, se acercó al del Audi, que tenía la ventanilla bajada, y le dio un puñetazo en la cara. Inmediatamente, abandonó su coche y le dio en contestación otro puñetazo. No fueron los únicos, comenzando una tanda de golpes.

Los agentes separaron a los dos conductores, preguntando qué había pasado. El del Peugeot, que viajaba con su esposa y con un niño de 5 años, aseguró que el que inició la agresión fue el otro y que él tuvo que defenderse, si bien la versión del que iba a los mandos del Audi era al revés, incluso implicando a la pareja sentimental del otro conductor porque «se bajó del coche, le cogió el móvil y lo tiró a la calzada».

Aunque el relato más imparcial, el ofrecido por el testigo, indicó que el que inició la pelea fue el del Peugeot 407, el que acabó detenido fue el del Audi por las lesiones que ocasionó al otro.   

Tuvo que ser trasladado al hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza donde recibió cuatro puntos de sutura por una herida abierta en la cara. Este joven, E. C., rumano y de 27 años, fue puesto a disposición de la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza que acordó la libertad provisional. Allí fue asistido, como autor de un delito de lesiones, por la abogada Olga Oseira.