La vida de Alie, el hombre de 42 años de origen gambiano que fue asesinado por su excuñado el pasado mes de junio en el zaragozano barrio de Delicias, era un infierno desde que su hermana se separara de quien resultó ser su asesino. Le acosaba a llamadas y a amenazas de muerte que al final acabó cumpliendo. En vida, la víctima le denunció y ahora su verdugo acaba de recibir una condena por un delito leve de amenazas y que le implica una condena de 180 euros de multa. Todo porque Bobo Keita le hacía responsable de la ruptura para así rehuir las denuncias de violencia machista que le había interpuesto su mujer.

Keita se encuentra en el centro penitenciario de Zuera tras ser trasladado desde El Acebuche, en Almería, ciudad en la que fue detenido por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón tras tratar de fugarse. Allí ha recibido una condena impuesta por el Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza que ya no le sirve a la víctima para evitar el trágico desenlace, pero que aclara qué pudo pasar aquel 23 de junio en las escaleras del número 29 de la calle Don Pedro de Luna.

Como hechos probados, la magistrada firmante del fallo recoge que el acusado "culpaba a Alie de haberle quitado a su familia", siendo "constantes" las llamadas telefónicas realizadas culpándole de la situación. "En otras le reclamaba que le devolviera a su familia, llegando a manifestar su intención de causar un mal a la familia, tanto a los padres como a él», destaca, mientras añade que «en una comunicación le anunció que iría a por él".

Escena del crimen en el que fue atacada la víctima. ANDREEA VORNICU

"Le dijo que le iba a matar, situación que le generó temor y desasosiego a Alie, quien incluso llegó a bloquear en su terminal telefónico", asevera, si bien el criminal tenía muchos números de móvil por lo que conseguía establecer contacto con él igualmente.

En este contexto, un mes antes del crimen Bobo Keita telefoneó a Alie y le dijo: "Iré con un cuchillo a por ti, te daré dos disparos en la cabeza y se acabó". No podía imaginarse la víctima que esa amenaza la iba a cumplir.

Crimen en la noche

Fue de noche. El asesino, que es defendido por la abogada Carmen Sánchez Herrero, viajó desde Barcelona a Zaragoza, aparcó su turismo en la misma calle en la que residía la víctima y le llamó al móvil. Alie, que se encontraba en casa junto a otros hermanos salió a las escaleras y allí fue asesinado. Tras llevar a cabo su plan, Keita se fue corriendo por la calle Graus hacia Sangenís, accediendo a un bar, donde llegó a esconderse y lavarse en los baños.

Antes de introducirse por la parte trasera de este establecimiento hostelero con terraza en el paseo Calanda se desprendió de la chilaba azul de estilo africano que estaba impregnada en sangre de la víctima y del cuchillo de doble filo con el que apuñaló a la víctima una docena de veces, especialmente en el abdomen, lo que hizo que perdiera órganos.

Posteriormente se marchó a Almería, donde trató de ocultarse en un hotel de la ciudad andaluza con una identidad que previamente había robado en Lérida. Fue sorprendido cuando tenía todo preparado para huir a su país de origen, Gambia.