El Grupo II de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón intervino el pasado domingo uno de los mayores alijos de hachís que se recuerdan en la comunidad. Nada menos que más de 2.500 kilos aprehendidos durante una operación policial en la que los agentes consiguieron interceptar una caravana de la droga en la autopista del Pirineo cuando transportaba más de una tonelada de esta sustancia estupefaciente. Tres hombres fueron detenidos.
El seguimiento realizado por los investigadores se precipitó cuando el único conductor del vehículo lanzadera que estaba prestando labores de vigilancia se dio cuenta de que les venían siguiendo. Momento en el que los sospechosos pisaron el acelerador para tratar de dar esquinazo a los agentes, si bien se añadieron al dispositivo agentes de la Policía Foral y la Guardia Civil.
Entre unos y otros, los narcotraficantes no tuvieron escapatoria y acabaron detenidos en la salida de la localidad navarra de Izco, después de que la furgoneta en la que llevaban la droga quedara encajada en una de las biondas. No sin antes tratar de embestir a los coches patrulla que iban detrás de ellos para intentar fugarse a la carrera. De hecho, durante los momentos más críticos, los agentes se vieron obligados a hacer uso de sus armas reglamentarias.
No era para menos, a los tres hombres magrebíes con documentación francesa arrestados les intervinieron les incautaron un arma corta y un fusil A-47, conocido como Kaláshnikov.
Pero la intervención no acabó ahí. ya que los agentes decidieron ir, tras solicitarlo ante el juez, a la localidad zaragozana de Sos del Rey Católico donde realizaron una entrada y registro en una propiedad de los narcotraficantes, donde encontraron más hachís lo que constituyó uno de los mayores alijos de hachís que se recuerdan en Aragón.
La investigación permanece abierta, por lo que desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón prefirieron guardar silencio a la espera de que se levante el secreto de las actuaciones por parte del juzgado de la capital aragonesa que dirige la investigación. Estos 2.500 kilos de hachís se suman a los 570 kilos que la Guardia Civil intervino en un transporte a Europa por el Pirineo oscense la semana pasada. En esa ocasión también hubo una persecución que acabó con el turismo del narco saliéndose de la vía y cayendo por un barranco. El joven, también francés de origen magrebí, salvó la vida, siendo detenido en las inmediaciones tras realizarse una batida en la zona de Villanúa.
Antes de ingresar en prisión estuvo dos días hospitalizado ante las heridas que presentaba como causa del accidente.
